Sentencia del Consejo Real de Darin, Hijo de Durin, Señor de la Montaña y las Profundidades, Maestro de la Piedra, Bienamado de Gloignar, Protector de Kattak, Escudo del paso de Leherdavel, Defensor de Akelan Amras y Rey de Kheleb-Dúm.

Tras los últimos acontecimientos acaecidos en Takome, cuando el cruzado supremo obligó a dos de nuestros más bravos guerreros, Thraarth y Rhomdur, a abandonar las estancias de la cruzada donde descansaban como lo hacen de continuo lagartos vagabundos y semi-drows de negra sangre traidora, el citado Cruzado Supremo que había ofendido gravemente a nuestros hermanos exiliándolos de la ciudad, en un alarde de magnanimidad, claudicó y volvió a aceptarlos en Takome. No obstante, y mostrando la avaricia y la arrogancia takomita, les impuso una multa exorbitada que nuestros enanos pagaron aún sabiendo que era excesiva.
No contento con esta ofensa, el cruzado Supremo promulgó una ley por la que se obliga a cualquier aliado a pagar, sí, pagar, cien platinos por el derecho de descansar a la entrada de la cruzada.
Magro pago es este para guerreros como los nuestros que han defendido el bastión de plata de innumerables ataques y han vertido su sangre en incontable escaramuzas de todo tipo, descuidando incluso a veces la defensa de nuestras tierras.
Así pagan los takomitas los regimientos que hemos destacado para la mejor defensa de sus murallas.
Así paga la autodenominada Santa Cruzada de Eralie siglos de ayuda, instrucción y las grandes cantidades de sangre enana vertida sobre sus muros.
Así pagan los habitantes de Takome el acceso a nuestras ricas minas y nuestros frondosos bosques.
Así pagan los humanos los cargamentos de armas de acero enano enviados para reforzar sus tropas.
Así nos pagan los humanos de Takome las pieles que han usurpado de los bosques de nuestros valles.
Así, en suma, nos pagan los takomitas todas las incongruencias, inconstancias y chapuzas que nuestra raza ha tenido que tolerar a su raza y toda la ayuda y apoyo que les hemos prestado. Envidiando y codiciando, como de costumbre, nuestro oro.
Harto olvidados parecen estar los días en que nuestros canteros, armeros y herreros les suministraban instrucción y, como humanos que son, han olvidado que si no fuera por nosotros Takome sería un poblacho de chozas de barro y paja, y su cruzada, un agujero en la tierra donde se rendiría tributo a Eralie en forma de alguna tosca estatuilla de madera o barro cocido.
Además, todo ello se ha visto agravado por los insultos vertidos por uno de sus ciudadanos, Togborad, sobre nuestro bienamado Rey Darin. El susodicho humano ha asegurado que «Darin tiene miedo de un miserable goblin» y esto es una acusación grave por la que exigimos una indemnización.
Esta ofensa será inscrita con Altas Runas en el Libro de los Agravios por los Maestros del Saber y por ella adoptamos las siguientes disposiciones.
Yo, durgan Martillonegro, del extinto clan Azgrim juntoRhomdur, del mismo clan y así mismo consejeros del Rey Darin, y en representació de los clanes juramentados y unidos de Kheleb-Dúm, declaramos que nuestra amistad con Takome queda cercenada y nos declaramos neutrales con ellos.
Así mismo, la entrada de sus ciudadanos en nuestra montaña no está prohibida… pero quedará sujeta al previo pago de doscientos platinos que les darán acceso a nuestras minas.
Si cualquier takomita es detectado escabulléndose dentro de nuestros muros o escamoteando mineral de nuestras vetas será expulsado de la ciudad y sancionado con la cantidad de cuatrocientos platinos y si aún así se niega a pagar o a abandonar nuestras tierras será considerado enemigo de Kheleb-Dúm.
Durgan Martillonegro del extinto Clan Azgrim, Representante del Clan Ethengart, Consejero del Rey Darin, Ocupante del Sillón de Ópalo..
Rhomdur del extinto Clan Azgrim, Representante del Clan Girlhim, Consejero de Darin, Ocupante del Sillón de Diamante.
Darin, Hijo de Durin, Alto Rey de Kheleb-Dúm sanciona este edicto.
Que Gloignar nos proteja y nos dé sabiduría.

Escrito por Durgan Martillonegro del extinto Clan Azgrim