Tras intensos debates con duras palabras y peores mordiscos las familias dominantes de Ancarak han decidido que el tiempo pasado junto a los ciudadanos del Imperio Dendra ha sido suficiente para dejar de sospechar de forma indiscriminada de sus intenciones. A partir de ahora, les conceden el beneficio de la duda y van a dejar de ser atacados al pasar por su territorio o proximidades.