Registros Rubitz

Registro 1 de Rubitz:

Es bastante peludo y posee la apariencia de un animal muy peculiar. Sus brazos se asemejan a sus piernas, pero de menor
proporción, eso sí sus dedos son largos y raquíticos con afiladas uñas demacradas, de la tonalidad de los huesos
desgastados por el tiempo. No puedes ver a través de su pelaje para discernir si se trata de un ser que ha estado
comiendo sin parar, o si solo es una bola de pelo sin apenas un músculo. Su mirada apunta hacia un punto fijo, sin
pestañear ni un instante, sin apartar la mirada de lo que tiene en mente. Su hocico es más chato de lo normal, lo que
provoca que sus colmillos sobresalgan de manera desmesurada mostrando restos de comida de algún tipo de ave. Cuando
parecía que no quedaba un solo lugar en su cuerpo sin pelo, observas en su tobillo derecho una marca grabada de
tonalidad azul, ligeramente cubierta por su pelaje y menos prominente en esta zona.

Registro 2 de Rubitz:

Historia

«PICK» «PICK» «PLONK» «PICK» «PLONK»

• Vaya!, no se que hacemos aquí Uutdek, llevo horas picando el nuevo túnel y a pesar de que siempre he confiado en tus
  premoniciones, no me queda claro que tu sentido de la orientación sea tan acertado.

• Siga picando mi señor!, encontrará las respuestas que busca, no le puedo decir lo que he visto con exactitud pero
  desde luego no suelo equivocarme y menos si lo que dice sobre el objeto que me ha dado es cierto, si en realidad era de
  su padre… Hallará la verdad tarde o temprano.

«PICK» «PICK» «PLONK» «PICK» «PLONK»

Gotas de sudor caen por el rostro de Rubitz en un inconmensurable afán de encontrar respuestas a todas esas dudas que
invaden su mente.

El tiempo pasa y las manos raquíticas y endebles del pequeño kobold empiezan a temblar mientras alza con firmeza un
pico artesanal y lo deja caer sobre la dura piedra. Cada vez pesa más y más y va desgastando la moral ante la
incertidumbre de quien le vaticina pistas para encontrar algún recuerdo del pasado que le diga quien fue.

«PLOOOOOOOOOOOOOONK»

El pico rebota en la piedra desplazando a Rubitz hacia atrás, provocando que se de un fuerte golpe en la cabeza y
dejándolo inconsciente. Uutdek se ve forzado a regresar al plano del Abismo abandonando así a su invocador.

Las almas de los espíritus torturados que velaban por él emiten un agónico lamento antes de desvanecerse y regresar a
los planos ulteriores, no siendo así una de ellas que se niega a regresar al Abismo.

El aire comienza a sobrecargarse y volverse oscuro… Se escucha un susurro prácticamente inaudible pero muy
estridente. La última alma que quedaba empieza a desvanecerse lentamente mientras una marca azul en el tobillo comienza
a iluminarse con más intensidad.

Pronto el aire del ambiente vuelve a la normalidad…

• Grrrr wauf! wauf!
• Grrrr wauf!

Transcurridas varias horas, un perro rabioso que ha olfateado al kobold comienza a mordisquearle una de las piernas
como si de alimento se tratase.

Rubitz se despierta sobresaltado y propina tal patada al can que sus aullidos provocan un tremendo eco en las galerías.

• Que raro no recuerdo que hago yo aquí…

Son tiempos difíciles para traer a alguien al mundo, la guerra se apodera del espíritu de los seres que habitan en
Eirea y cuando los cuerpos se separan de sus almas, quedan vagando atormentadas por toda la eternidad como pago de sus
actos más impuros.

Rubitz desde jovencito había manifestado un don, unos adquieren una robusta musculatura innata, que les permite
combatir con energía y blandir armas pesadas, otros poseen la destreza de un guepardo, otros simplemente poseen una
mente brillante que les permite dominar los vientos del éter…

Para él, entablar conversaciones con espíritus del mas allá era algo tan trivial como respirar, si bien al principio es
normal verse sobrepasado, pues nadie quiere imaginarse que la peor de tus pesadillas pueda convertirse en algo real, al
final pronto comprendió que Gurthang le había otorgado un regalo.

Con el paso de los años, a medida que su devoción por su Dios aumentaba y la fe en él se hacía más latente y el hecho
de que pasaba horas sumergido en los libros, Rubitz alcanzó la forma de visitar otros planos en los que habitaban sus
ancestros, llegando a conocer a Uutdek, Grahs, Golvag entre otros.

Apoyado por sus predecesores, defendió la ciudad que amaba, en la que se había criado y haciéndolo en numerosas
ocasiones e incluso acatando las órdenes de sus superiores lograron importantes victorias.

Jugar con las fuerzas del más allá tiene sus inconvenientes, en una primera instancia te aíslas de lo que te rodea, tu
vida social poco a poco corre el peligro de extinguirse si no alcanzas un equilibrio espiritual contigo mismo.

Tener la capacidad de escuchar los lamentos de los espíritus torturados eleva tu pesimismo hasta la saciedad y con el
tiempo es inevitable si no le buscas solución acabar al borde de la locura.

Aunque lo que nunca había sucedido, es que un espíritu adoptara voluntad propia, queriendo ocupar sin permiso un cuerpo
espiritual, no al menos en conocimiento de Rubitz, ésto sucedió en torno a los 20 años de edad del aquella entonces
joven kobold. Dicho ser se adueñó de su cuerpo material durante unos instantes causando una tremenda inquietud ante tal
situación.

Rubitz, abrumado, se volcó de lleno en los libros de nuevo, buscando respuestas, pues el odio y la rabia de aquel
espíritu habían conseguido manifestarse en su cuerpo, aunque fue por un breve instante, la situación requería una
medida urgente.

Durante una buena temporada se aisló de tal forma que poco a poco el contacto con sus ancestros se tornó inexistente.
En su lugar había destinado todo su tiempo y recursos en encontrarse a si mismo y protegerse y valorar la posibilidad
de que podrían existir otros planos en el abismo. Planos en los que incluso podría hallarse el espíritu de su padre,
que dejó a Rubitz siendo muy joven al único cuidado de su madre.

Pero eso es otra historia…

Rol

Rubitz tiene mucho sentido del humor, aunque de vez en cuando si se siente ofendido, arremeterá con todo su odio,
aunque pronto se le pasa y rápido olvida la reyerta.

Le encanta comer animales crudos, los saborea incluso días después de habérselos comido cuando hurga con sus uñas entre
los restos que se depositan entre sus grandes colmillos.

Es un poco travieso, le gusta causar el desorden aunque lo hace sólo con las personas que él aprecia, es quizás su
forma de bromear.

El vago recuerdo que tiene de su padre le da esperanzas de encontrarle perdido en el abismo, dado que no conoce todos
sus entresijos, emplea gran parte de su tiempo para saber su paradero y con sus conocimientos salvar su alma, si es que
ésta se encuentra allí.

Fue criado por su madre, que cuenta a Rubitz algunas historias acerca de su padre en sus obligaciones como soldado,
aunque hay muchas lagunas y relatos que no concuerdan causando un poco de incertidumbre.

El hecho de apoyarse en los libros y sus ancestros ha provocado que una gran parte de su vida le haya convertido en un
ser antisocial, algo que desea cambiar.

Objetivos

Conseguir el máximo favor de su Dios, Gurthang a quien debe su gran don y lealtad.

Descubrir todos los Subplanos del Abismo, no se dará por vencido hasta hacerlo pues ansía descubrir si el espíritu de
su padre se encuentra en uno de ellos y de no ser así sabrá que al menos descansa en paz.

Desea mejorar sus relaciones sociales, tanto tiempo lidiando con sus ancestros le ha hecho olvidarse del plano material
en exceso.

Alcanzar la máxima sabiduría en todo lo concerniente al más allá y los dones concedidos por Gurthang.