Inicio › Foros › Historias y gestas › Registro 2 Trapysh Chanchull
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Historia
Trapysh nació en la esplendorosa ciudad de Kattak, rodeado de humanos como él y de enanos que iban y venían constantemente. Hijo de don Philibuster Chanchull, un hombre rico de
Kattak bien conocido por sus grandes noches de borrachera, y en general su afición a beber alcohol, y de Throlea As’akhu, una fea mujer que trabajaba de camarera en la posada de la
alianza, y que, a base de insistir, logró llevárselo a la cama.
Aprendió desde muy pequeño el idioma Khadum, propio de la zona, y también muchas palabras del idioma adurn, que fue desarrollando un poco más conforme crecía. Rodeado de enanos
como estaba, pasaba los largos días jugando con ellos en la calle. Siendo un poco más mayor, compartió con ellos la afición de transformar trozos de metal en otras cosas como
herramientas o armas y pasaba días y días en las forjas.
Su padre no quería saber mucho de él, ya que lo había tenido sin desearlo, sin embargo no lo repudió, y como tenía dinero de sobra, le permitió vivir en su casa. Eso sí, hasta el
día exacto en el que cumplió la mayoría de edad. No lo llevaba a jugar, ni a aprender, ni a socializar con gente de su edad, sin embargo, se lo llevaba desde pequeño a las tabernas
a beber cerveza, así que el niño le acabó cogiendo el gusto al alcohol.
Su madre, por su parte, lo quería mucho, muchísimo, pero no tenía dinero propio para darle caprichos, ya que desde que se lió con don Chanchull,, éste, machista como era, le hizo
dejar de trabajar fuera de casa, para fastidio de ella. Su madre aprovechaba los ratos en los que se llevaba a Trapysh a la catedral de Eralie, además de para intentar transmitirle
sus creencias religiosas, sin éxito, hablar con él de madre a hijo, y aconsejarle sobre cualquier cosa que le sucediera.
Trapysh nunca comulgó con la religión de su madre y de su padre, pero sí disfrutaba de tener a alguien a quien confesarle sus idas y venidas, y sus escarceos amorosos con libertad.
El desorden en su casa le hizo vivir su vida como si no pudiera contar con el aval de nadie, a pesar de que su padre nunca le negó el dinero y su madre jamás le negó el cariño.
Desde el primer día que salió de la mansión en la que vivían sus padres, se fue a trabajar con Sinverwen, un enano viejo y robusto, con muchos pelos en la barba y ninguno en la
lengua. El enano lo puso en su sitio y le enseñó la cruda realidad, el cómo es vivir sin tener tan a penas ingresos económicos. Además le dio alojamiento en un infecto cuartucho
hasta que encontró una vivienda para él solo.
Rol
Es una persona sin ningún tipo de vergüenza, vive su vida disfrutándola a tope y sin que le importe en absoluto lo que piense nadie. Tiene su grupo de amigos en Kattak, además de
su familia con quienes procura mantener el contacto. Su maestro, el empleado enano herrero de la forja, es siempre su referencia a la hora de hacer las cosas. Adquirió de su padre
el gusto por la cerveza, el vino y los licores, y se emborracha cada cierto tiempo siguiendo la estela de su progenitor. El trabajo en las forjas marcaron la forma de su cuerpo,
aunque no es tan fuerte como puede parecer solo mirándole. Intenta no fanfarronear nunca, pues es algo que no tragó nunca de su padre, y ayudar en lo que es capaz al resto de gente
que se va encontrando, sean de la raza que sean, y crean o no en dioses.
Objetivos
Sus objetivos en la vida son
conseguir ser tan rico como su padre, tan trabajador como su madre, y tan buena persona como su maestro.
Tiene una gran ambición desde que empezó con los enanos en las forjas que es llegar a crear objetos de hierro personalizables para los aventureros de Eirea, como algo que no se
haya inventado todavía, o armas y armaduras con características únicas.
Además quiere dominar la magia de tal manera que sea capaz de inventar nuevos hechizos, combinando sus conocimientos con toques de ingenio.
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