Registro 2 Nazgar

Historia

-¡Ponme una de sesos, Arrazak y date prisa que vengo hambriento y no tengo todo el día!
-Qué ocurre Nazgar, ¿ya te aburrieron mis revueltos de humano y oveja?
-Calla y no me hagas enfurecer la última vez me pusiste más piel de oveja que carne, ¡me he alimentado mejor lamiéndome las
pezuñas! Tienes suerte de que ya no me quedan muchos lugares donde sea bien recibido, de lo contrario estarías en una bandeja
sirviéndome de merienda.
-No te voy a mentir, no tengo demasiados clientes últimamente, el único cliente fijo que tenía ya no viene demasiado por aquí y
se me estropea toda la mercancía.
-¡Por Ralder! déjate de palabrería y ponme de comer de una vez, tengo que hacerle una visita a un viejo amigo y necesito ir con
la tripa llena.

Lo poco que queda de la puerta de la taberna empieza a chirriar, Nazgar se da la vuelta, se levanta de su sitio y antes de que
la puerta se abra del todo la zapatea saltando encima del desdichado como si no hubiera mañana.

Arrazak tira su cucharón al suelo y comienda a lamentarse de su miserable vida.

-Ya me dirás, ¡no serás tú el que se cena a mi clientela, así nunca prosperaré!
-Mi olfato una vez más no me ha fallado, sabía que andaba por aquí cerca, no te preocupes pequeño amigo, recoge esa cuchara y
sigue cocinando, te pagaré bien. ¿Te acuerdas del «amigo» al que andaba buscando? Ya no me corre prisa alguna, creo que hoy me
quedaré aquí toda la noche, además esto me ha dado más hambre, semejantes esmirriados solo tienen hueso…

-Bueno Arrazak, siempre vengo por aquí y no me cuentas nada de tu vida…

-Claro que no, tampoco me has preguntado… Normalmente vienes, comes y te vas… La verdad es que no hay mucho que contar
quizás tu historia sea más entretenida que la de un enjuto goblin.

-Mi vida es comer pequeño…, el mundo está lleno de suculentos manjares, y por lo visto tu no traes ninguno a la mesa, quizás
es por eso que no tienes clientela. Te contaré una historia que nadie sabe, ¿conoces el bosque de ucho? Claro que lo conoces que
cosas pregunto…, pues una vez yo fuí más pequeño todavía que tú. Allí en aquel pequeño bosque nací yo, no medía apenas
centímetros, de aquella entonces me alimentaba de bayas y algunas plantas solamente.

-Arrazak murmulla algo…

No, no era vegetariano así que no me mires de ese modo, ¡no me interrumpas canijo! Simplemente no sabía lo que este mundo podía
ofrecer. La verdad es que me crié entre animales, y eso es lo que soy y lo que seré, o tu te comerías a tus semejantes? Para que
engañarte mi instinto de supervivencia me decía lo contrario, pero el bosque me lo ha dado todo, así como los seres que en él
habitan. A lo que iba, no hay nada como dormir la siesta en un árbol, pero no hay nada peor despertarse cayéndose de uno. Me di
un porrazo que aún conservo la cicatriz, por lo visto a los leñadores no les importaba exterminar los bosques como si de pasto
se tratase, en mi interior resonaba una voz que me alentaba a hacer ciertas cosas, e incluso a no hacerlas, es la fe arraigada
en mi interior que me guía, que de cierta manera me obliga a hacer determinadas acciones. Es muy probable que muchos de esos
leñadores sirvieran de alimento en tu taberna. Fue mi primer manjar, y mi primer aullido, no pude contener la rabia que surgia
de mi interior y no será el último plato que me llevaré a la boca, una vez saboreas una carne tan tierna no puedes pararte ahí.

-Vaya, quizás conocí a tus padres entonces. -Comenta el tabernero.-

-¡No te has enterado de nada! Mi padre es el bosque, ¡él me lo ha dado todo!, la verdad es que no se quienes son mis padres,
pero no les debo nada, elegí el camino que se me ha dado, tampoco les deseo mal alguno, simplemente, no existen.
A lo mejor la rabia que corre por mis venas y que obnuvila mi cordura es la que me da tanta hambre, pero luego me como un elfo y
se me pasa. Si pequeño goblin, la verdad es que he estado solo mucho tiempo, al igual que tu en esta taberna, no somos tan
diferentes, ¿verdad? Ojalá tuviese una familia, andar siempre solo a veces se convierte en un martirio, el peso del mundo te
aplasta poco a poco hasta convertirte en un ser insignificante, aunque algo te diré, cuando la brisa que mueve los árboles
golpea mi rostro, el olor del bosque entra por mis fosas nasales, y la tierra se hunde entre mis pies, no conocerás ser más
grande y fuerte sobre la faz de Eirea.

-Vaya tanto hablar me ha dado el sueño… -Nazgar entra en un profundo sueño bajo la expresiva mirada del tabernero que
también comienza a caer en un mundo onírico.

Rol

-A Nazgar le encanta comer, si no fuera por todo el ejercicio que hace estaría como una bola de sebo.
-Cree firmemente en la fe que Ralder promulga y la respeta por encima de todo.
-Acumular riquezas y ayudar al que menos tiene es algo que le motiva enormemente.

Objetivos

-Le gustaría formar su propia familia en un futuro.
-Encontrar un hueso más grande que el anterior.
-Sacrificarse las veces que sean necesarias en favor de su Dios.
-Llegar a ser tan poderoso como Thildarg.

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