Inicio Foros Historias y aportes Los extraños descubrimientos en Finwë Míriel

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    • ryland
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      Este relato es la continuación de: «El engaño y la partida hacia Naggrung»

      Cuatro encapuchados galopaban velozmente por el camino de Aldara camino a la ciudad portuaria de Takome. Tenían dos misiones, la primera i más importante, despistar a posibles enemigos que estuviera esperando la salida del grupo de expedición y segundo, buscar en los muelles al falso Durevil… Era ya medio día, cuando uno de los encapuchados alzó el brazo y todos fueron frenando sus monturas hasta parar muy cerca de un grupo de frondosos árboles, los cuales, podrían bien ser usados para camuflar al grupo de miradas indiscretas. Uno a uno, fueron bajando de sus respectivas monturas y a paso firme fueron hacía ese rincón donde cogerían fuerzas para seguir su camino mientras comían algo…

      • Aelfperd, tu harás la primera guardia. – susurró Wramelan quitándose la capucha –

      Aelfperd asintió y se colocó en la entrada del pequeño bosque vigilando atentamente el camino de Aldara. Junto con ellos, estaban también Willhem y Emradine.

      Bastante lejos de allí, ya pasado el linde oeste del bosque de Orgoth, los otros cuatro jinetes encapuchados seguían galopando sin parar, querían cruzar antes del medio día el cruce hacia las tierras de Grimoszk y descansar por el camino de Eärmen en alguna de las posadas que hay por el camino…

      • ¿Podemos ir a pie? – preguntó uno de los encapuchados –
      • No – dijo el que iba más cerca suyo –

      El grupo siguió galopando hacia el oeste cruzando el camino de Eärmen. A las pocas horas y después de un descanso…

      • ¿Podemos seguir a pie? – preguntó otra vez el mismo encapuchado –
      • ¡Que no! – contestaron al unísono el resto de encapuchados –
      • Vale, vale… ¡que no estoy acostumbrado a ir en caballo!
      • Ya queda poco. – dijo el encapuchado que cerraba el grupo –

      Por otro lado, muy cerca ya de Aldara, el grupo de templarios junto con Emradine tuvieron un viaje muy tranquilo pues nada ni nadie les molestó durante el trayecto a la ciudad portuaria de Takome. Una vez llegaron a Aldara, se alojaron en una de las múltiples posadas que pueblan la ciudad para pasar diversos días a la espera de noticias por parte de Takome. En cambio, nuestro grupo de aventureros, después de viajar durante gran parte de la mañana…

      • ¡Por fin llegamos! – dijo Eldhana –
      • ¡Por las barbas de Darin! ¡Tengo el culo como si me lo hubieran pateado más de cien orcos! – exclamó Khizdim bajando del caballo –
      • Espero que esté todo listo… – dijo Ryland bajando de un salto de su cansado caballo –
      • ¡No vuelvo a subir en caballo hasta que los pollos vuelen! – refunfuñó Khizdim –

      El grupo, ahora sí a pie, se acercó a la entrada del poblado donde varios guardias, fuertemente armados, les esperaban.

      • ¡Quién va! – dijo un viejo con una túnica –
      • Hola viejo amigo – dijo Ryland sacándose la capucha –
      • ¡Hola Ryland! ¡Os estábamos esperando! – dijo el hombre mientras todos se quitaban la capucha –
      • Laren, viejo amigo, ¿todo bien por aquí? – preguntó Yararen –
      • Oh, no esperaba verte en esté grupo Yararen. Sí, todo bien. – contestó Laren –
      • ¡Pasad! ¡pasad! – dijo Laren mientras ordenaba a los guardias que les dejaran pasar –
      • Nuestros exploradores sólo os han visto a vosotros venir junto a un par de bandidos que ya hemos expulsado de nuestras tierras. – dijo Laren –
      • ¿Nos seguían? – pregunto Ryland alarmado –
      • Estaban algo por delante vuestro. – dijo Laren – Además, son dos viejos conocidos y se dedican a lo que son, bandidos que se aprovechan de la soledad del camino de Eärmen para robar a más de un viajero… Saya y Crisrothe se hacen llamar… – terminó Laren –
      • – dijo Ryland –
      • Elarin me dijo que a nuestra llegada estaría todo listo, ¿está Trak preparado? – preguntó Ryland –
      • ¿Cuándo comemos? – dijo Khizdim dando un pequeño codazo de complicidad a Laren-
      • Sí, está todo preparado. Os hemos preparado un pequeño refrigerio, para que cojáis fuerzas antes de partir. – dijo Laren –
      • Pues vamos, yo también tengo hambre. – dijo Eldhana –
      • – dijo Laren –

      El grupo se fue con Laren hacia el ayuntamiento mientras varios mozos, cogían los caballos del grupo y los llevaban al establo para que éstos también descansaran del duro viaje que habían realizado. A su paso por la plaza del gran árbol, vieron al antiguo alcalde de Veleiron hablar con varios ciudadanos y quejándose amargamente….

      El grupo llegó a una sala donde tenían preparado una gran variedad de comida. La sala, rodeada de varios cuadros gigantes como una persona, tenía una gran ventana que daba a los enormes viñedos de Veleiron, famosos en todo Eirea por la calidad de sus viñas. La mesa, en el centro de la sala, estaba ya preparada. En un lado de la sala, justo al lado de la ventana, había tres semi-elfos hablando en círculo, los cuales, al advertir la presencia de los invitados, dejaron de hablar  para dar una cálida bienvenida al pequeño grupo.

      • ¡Bienvenidos! – dijo uno de ellos –
      • Soy Elkorin, soy el secretario de nuestro amado alcalde Elarin – se presentó Elkorin –
      • Ellos son Arada y Trak. – dijo Elkorin presentando a sus acompañantes –
      • ¡Gracias! – contestó Ryland –
      • Yo soy Ryland – se presentó Ryland –
      • Él es Yararen, druida de Thorin – dijo Ryland dirigiendo su brazo hacia Yararen –
      • A Eldhana, ya le conocéis. – dijo Ryland dirigiendo su brazo hacia un Eldhana haciendo una leve reverencia –
      • Y él es Khizdim, Sargento de la Alianza de Darin. – dijo Ryland, por último –
      • Arada es uno de nuestros más ilustres ciudadanos y desde hace ya cierto tiempo, es miembro honorario del consejo que gobierna Veleiron – dijo Elkorin –
      • Y Trak, es el responsable de qué estéis aquí… – dijo Elkorin mientras Trak hacia una breve reverencia –
      • Si os parece, podemos seguir hablando mientras vamos comiendo algo. – sugirió Elkorin mientras dirigía su mano derecha hacía la mesa del centro de la habitación –

      Todos se sentaron alrededor de la mesa y empezaron a comer haciendo breves comentarios sobre la comida, se notaba el nerviosismo en el ambiente y aunque nadie lo decía, todos tenían ganas ya de partir hacia Naggrung para descubrir lo desconocido… Ryland temeroso de lo ocurrido en Takome con el falso Durevil, durante el viaje, se lo explicó brevemente a sus compañeros de aventura para que supieran que podía surgir algún que otro problema… a lo que el grupo, aunque algo resentido al principio, se sobrepuso a la noticia dando todo el apoyo a Ryland. Durante la comida, Trak les explicó brevemente cómo iban a viajar a Naggrung de forma instantánea, durante sus largos años de aprendizaje, descubrió la forma de viajar de un lugar a otro de forma instantánea gracias al hechizo de teleportación. Todos escuchaban atentamente a Trak pues estaban algo nervioso por el viaje… Desde hace varios años, Trak viajaba a los Acantilados del Trueno para estudiar las plantas que allí crecían y cómo estos estaban muy cerca del Bosque de Cristal, Elarin que conocía de esta costumbre, pensó en ir mediante su magia para acortar el tiempo de viaje al grupo de exploración que se enviara desde Takome, a lo que la reina Priis y Ryland estuvieron de acuerdo.

      Fueron todos hacia la Consigna de Veleiron, en la misma, habían preparado una sala para el viaje, en ella, encontrarían pequeñas bolsas con víveres y agua para cada uno. Una vez, estuvieron todos preparados, Elkorin y Arada se apartaron unos metros del pequeño grupo y Trak pidió silencio para poder concentrarse en el hechizo.

      Estuvieron callados durante algo más de un minuto sin que nada pareciese ocurrir, cuando de repente, Trak visualizó delante de él una imagen algo difusa del mar golpeando unas rocas y poco a poco, se fue formando una imagen más nítida de lo que parecían una formación rocosa cerca del mar… En ese momento…

      ‘Trans ikrat ondomendo wiclat skrauwen’ – pronunció Trak mientras formaba un triángulo con sus manos dirigiéndolo a la imagen que se había formado delante de él –

      El pelo de Trak se empezó a erizar, una poderosa magia parecía desenvolverse a su alrededor haciendo que su túnica empezará a desplazarse de un lado a otro…

      Trak fue dando un pequeño golpecito en el hombro primero a Ryland, luego a Eldhana, después Khizdim y por último a Yararen. Al sentir el golpe de Trak, un destello cegador cubrió la visión de cada uno de ellos mientras un zumbido mareante penetraba en su mente… Sintieron como sus pies perdieron contacto con el suelo y todo empezaba a dar vueltas a su alrededor, vieron como las paredes de la consigna iban desapareciendo y se volvían más azules hasta desaparecer por completo el color oscuro de la sala en su totalidad… lentamente, el mareo fue remitiendo y la sensación de contacto con algo sólido bajo los pies fue volviendo a cada uno ellos…

      • ¿Estamos todos bien? – preguntó Ryland –

      Todos y cada uno del grupo fueron contestando, primero Eldhana y Yararen y Khizdim fue el último en contestar debido a que se había mareado durante la teleportación, Trak por su parte yacía recostado en una piedra totalmente agotado, pero con una sonrisa de oreja a oreja…

      • ¿Te encuentras bien Trak? – preguntó Ryland –
      • Sí, estoy bien, pero terriblemente agotado… – respondió Trak –
      • ¿Puedes andar? – siguió preguntando Ryland –
      • Podría… pero estoy tan cansado que no andaría mucho más que una decena de pasos… El viaje me ha dejado muy cansado, debido al volumen de gente que he tenido que mover y ahora lo que necesito es descansar unas horas… – replicó Trak –
      • ¡No podemos esperar unas horas! – replicó Khizdim –
      • No, tranquilos. Vosotros id al Bosque de cristal siguiendo la senda de los acantilados, yo me quedaré por aquí a esperar que volváis para regresar a Veleiron. – dijo Trak –
      • Pero aquí sólo… – dijo Eldhana –
      • Tranquilos, conozco muy bien la zona ya que he venido a esta zona regularmente durante mucho tiempo y conozco de algunas cuevas bajo los acantilados que están abandonadas, descansaré unas horas en alguna de ellas. – replicó Trak –
      • De acuerdo. Pues mejor será que nos pongamos en camino. – dijo Ryland –
      • ¡Suerte! – dijo Trak mientras le daba la mano a Ryland –
      • ¡Igualmente! Nos vemos por la zona al atardecer de mañana. – dijo Ryland –
      • De acuerdo. Aquí estaré. – dijo Trak –

      Todos se despidieron de Trak y emprendieron el camino por la senda que serpenteaba por los acantilados hacia el bosque de cristal. Por su parte, Trak se quedó en la roca cogiendo algo de fuerzas, para poder llegar en condiciones a una de las cuevas que había comentado con la finalidad de recuperar fuerzas para poder realizar el viaje de vuelta a Veleiron en las mejores condiciones.

      A los pocos metros, Eldhana se adelantó unos metros para ir explorando el terreno para evitar posibles encuentros no deseados. Ryland comandaba el grupo junto con Yararen y Khizdim cerraba el grupo. Iban a paso ligero cruzando los acantilados y en un recodo del camino, Ryland reconoció el camino a Andlief detrás de unos juncos. En ese instante, estuvo tentando de ir a visitar el poblado para indagar sobre el falso “Durevil” pero el hecho de ir en grupo y tan diverso, hizo borrar esa idea de su cabeza al momento y seguir adelante, estaba seguro que no hubiera sido bienvenido en esa situación…

      Al cabo de más de treinta minutos andando, un pronunciado ruido de golpes se escuchaba muy cerca de donde ellos estaban, por eso, desenvainaron las armas y fueron sigilosamente hacia donde se escuchaba el ruido, cruzaron unos matorrales y al apartar las gigantes hojas de un árbol, vieron a Eldhana luchando mano a mano con una bestia de color negro, más grande que un oso y con dos cabezas. Sus brazos terminaban en unas terribles pezuñas que intentaban golpear una y otra vez a un Eldhana que estaba herido en la cabeza… el grupo unió sus fuerzas a Eldhana para entre todos terminar con la vida de esa bestia.

      • ¿Qué clase de animal era eso? – dijo Khizdim –
      • No lo sé, nunca había visto nada igual, pero por las explicaciones de “Durevil” en Takome, diría que es una de esas aberraciones que explicó. – replico Eldhana –
      • Estaba reconociendo el terreno cuando algo me golpeo en la cabeza y me lanzó varios metros hacia arriba. – explicó Eldhana –
      • Al levantarme y girarme para defenderme, vi enfrente de mí, una bestia más pequeña que esta de aquí levantando los brazos para volver a golpearme y pude escapar de milagro… – continuó Eldhana entre jadeos –
      • ¿Pero hay más? – preguntó Khizdim –
      • ¡Eso parece! Pude recoger una de mis armas y le corté uno de los brazos dejándola en muy mala posición. Cuando estaba a punto de rematarla, está otra llegó corriendo y tuve que retroceder varios pasos para no ser embestido por ella. – dijo Eldhana –
      • Por suerte para mí, llegasteis al poco de empezar mi lucha contra esa bestia, ya que su piel era mucho más dura que la de la otra y mis golpes no eran tan mortíferos como con la otra… – dijo Eldhana mirando con desprecio el cuerpo inerte de la bestia –
      • Esto… esto no es natural… – dijo Yararen mientras examina la bestia –
      • ¿Qué es? – pregunto Khizdim –
      • no lo sé. Pero sea lo que sea, Ralder no es su creador, ¡de eso estoy seguro! – dijo taxativamente Yararen –
      • ¿Y Izgraull? – preguntó Ryland –
      • No lo sé, podría ser obra suya… – dijo Yararen mientras terminaba de examinar las patas de la bestia –
      • Más vale que nos vayamos ya de aquí, a ver si vendrán más como éste… – dijo Eldhana mientras limpiaba la sangre de su espada con un pañuelo que acto seguido se guardó en uno de sus bolsillos –
      • Pues démonos prisa, falta nada para que el sol se ponga del todo y no me interesa estar cerca de estos … animales… – dijo Khizdim empezando a andar hacia la senda de los acantilados –
      • Sí, vayamos ya… – dijo Ryland esperando que Yararen se levantase –
      • Sí, ya estoy… – dijo Yararen mientras se levantaba y se lavaba las manos con el agua de un pequeño odre que llevaba consigo –
      • Eso sí, Yararen, en cuando puedas, iría bien que llamases a tu fiel compañero… – dijo Ryland a Yararen guiñándole un ojo –

      Yararen asintió i mientras el grupo empezaba a andar, Ryland esperando a su lado vio como Yararen invocaba a Singla.

      • Con Singla iremos más protegidos… – dijo Yararen –
      • Eso espero… – respondió Ryland mientras empezaba a andar –

      Durante un tiempo nadie del grupo habló, sólo querían llegar cuanto antes al Bosque de Cristal y buscar el portal que Ryland explicó que entró… Iban en fila, primero Eldhana, luego Ryland, después Yararen con su Singla a un lado y finalmente, Khizdim cerrando el grupo.

      El sol había caído por completo y la poca luz que permitía andar era la de la luna de Argan, no era mucha pero sí la suficiente para poder seguir el camino con algún que otro problema para Ryland y Yararen, no así para Khizdim que ahora guiaba al grupo gracias a su visión nocturna. Ya habían dejado atrás los acantilados y por fin, llegaban al borde del Bosque de Cristal.

      Lo primero que les sorprendió al verlo, fue que ya no era un bosque de hielo, sus capas de hielo y frio contante habían desaparecido para dejar paso a un bosque tradicional, lo que dijo “Durevil” se estaba cumpliendo de momento, los animales extraños, el cambio en el bosque…

      Cómo era muy tarde y estaban cansados después de tanto andar y el combate con la gran aberración, decidieron acampar en una zona aparta de la senda, fuera de miradas indiscretas para a la salida del sol poder empezar a recorrer el bosque y encontrar las respuestas que habían venido a buscar. Fueron rotando las guardias empezando por Yararen y su Singla…

      El canto de los pájaros despertó al grupo antes si quiera, que Ryland les despertase, Ryland había hecho la última guardia y al igual que los otros, no vio nada extraño. Comieron algunos anthalas que les dieron en Velerion para desayunar y algo de agua que recogieron de un riachuelo cercano y una vez recogieron todo, se encaminaron hacia el bosque…

      Todo el bosque estaba lleno de vida, Yararen estaba muy contento por cómo había cambiado, pues lo había vivido en la época del frio eterno y la diferencia era impresionante… todo iba bien, hasta que empezaron a ver extraños animales comiendo carroña de animales muertos… eran como la aberración que mataron cerca de los acantilados pero mucho más pequeños… durante la travesía que hicieron por el bosque fueron encontrando varias decenas de estas pequeñas aberraciones y alguna más grande con la que tuvieron que lidiar pero dada la fuerza de grupo, no les corto mucho trabajo ir avanzando… hasta que de pronto se encontraron que el bosque se iba oscureciendo a causa de que los arboles no dejaban entrar casi los rayos del sol y pequeños brotes de espinas brotaban del suelo, hasta que de pronto se toparon en frente una pared muy alta de espinas, tan grueso que era imposible de ver a través de la misma….

      La pared de espinas, parecía un muro imposible de atravesar, de vez en cuando encontraban algún que otro pequeño agujero, pero al llegar al mismo, éste se cerraba automáticamente, haciendo imposible introducir ni un brazo. El grupo intentó seguir la pared de espinas durante unos minutos, pero se dieron cuenta que la misma se movía constantemente haciendo inútiles los esfuerzos del grupo por saber si podría cruzarse. Es como si tuviera vida propia y no quisiera dejarlos pasar al otro lado. Es eso que Ryland vio un pequeño riachuelo que recordaba de cuando vio el portal mágico, así que el grupo se alejó de la pared de espinas y siguió el curso del riachuelo. Durante un tiempo largo, fueron siguiendo el curso del rio sin encontrar nada de nada por lo que los ánimos del grupo empezaban a flaquear después de un fracaso tras otro… cuando de golpe, un ser apareció entre la maleza junto a una de esas pequeñas aberraciones, la cual parecía ir con él. Era un joven gnoll, iba vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies, unas botas oscuras de tela, perfectas para andar por el bosque y en sus manos portaba una gruesa rama de árbol que usaba como bastón.

      • ¿Qué hacéis en este bosque? – preguntó el joven gnoll –
      • Venimos de los bosques de Thorin de peregrinación al Crómlech. Soy parte del consejo Nyathor, de los druidas de Thorin. – dijo Yararen –
      • Aquí ya no tenéis nada que hacer… el bosque no necesita de vuestra ayuda. Se ha formado una nueva comunidad en el mismo y no toleramos que enviados de Eralie vengan a nuestras tierras. Yo mismo formo parte de los druidas de Izgraull… – dijo el joven gnoll –
      • ¿Una nueva comunidad de druidas dices? – dijo Yararen algo contrariado –
      • ¡Sí! Además, ¿cómo es que venís de peregrinación con semejante compañía? – dijo dirigiendo su bastón hacia Khizdim –
      • Si fuera verdad lo que decís, no vendría soldado alguno contigo, ¡vosotros no habéis venido de peregrinación al Crómlech! – dijo el gnoll bastante enfurecido –
      • ¡Éste bosque pertenece a Izgraull ahora! – afirmó el gnoll –
      • ¡Atacad! – gritó el joven gnoll señalando con su brazo derecho al grupo –

      Sin tiempo para poder reaccionar, el pequeño grupo se vio rodeado por una decena de aberraciones, algunas más grandes y musculosas que otras. Espalda contra espalda el grupo se preparó para el enfrentamiento… las aberraciones rodearon rápidamente al grupo, bloqueando cualquier vía de escape. Todas las bestias a la vez empezaron a correr hacia el grupo. La primera aberración que llego al grupo sufrió la amputación de las piernas por el corte rápido y limpio que provoco Eldhana, una vez la aberración cayó al suelo, Khizdim saltó encima de la misma golpeándola con su martillo en la cabeza provocándole la muerte instantáneamente. Al lado Ryland empezaba una brutal carga contra una aberración que venía hacía él y Yararen por su parte, junto con Singla, se defendían de otra aberración mucho más grande. Khizdim levantó el martillo del cráneo aplastado de la primera aberración cuando realizando un hechizo, tiro un golpe a otra aberración haciendo que ésta retrocediera varios metros. A un par de metros, Eldhana luchaba contra otra de ellas y en cierto momento, Eldhana realizó varios cortes en el pecho de la aberración provocándole feas heridas que empezaron a sangrar abundantemente. Khizdim, aprovechando el momento de debilidad de la misma, golpeó en la espalda a la bestia provocando que ésta cayera al suelo y Eldhana le cortó la cabeza con un movimiento rápido y letal de su sable. Ryland acaba de matar a una de ellas y a la vez, gracias a su escudo, había golpeado fuertemente a otra tan fuerte, que hizo que se tambaleara hacia donde estaba Yararen que le golpeó fuertemente en las rodillas con su garrote de Xapitalh, momento que aprovechó Ryland para clavar su espada a través de su estómago, provocándole un corte por donde empezó a salir sangre y parte de sus intestinos… por su parte singla estaba despedazando a otra de las aberraciones. Eldhana se giró para golpear a otra de ellas cuando ésta le cortó en uno de los brazos y le hizo perder el control de una de sus armas. Mientras Eldhana se protegía el brazo herido, la aberración lanzó un mordisco a su cuello, que hubiera terminado con la vida de Eldhana, sino hubiera sido por Yararen. El druida paralizó a la bestia usando sus poderes clericales y Ryland le corto el cuello. Khizdim realizando otro castigar al mal que lo dejó exhausto, lanzó a la última aberración hacia la singla de Yararen, la cual, agarró con sus garras y la decapitó de forma rápida y cruel. Con el último grito de ésta, el grupo se reagrupó mirando hacia donde había salido el joven gnoll y allí ya no había nadie. Al principio todo era silencio, pero poco a poco empezaron a escuchar sonidos indescifrables…

      • Será mejor que nos vayamos de aquí – dijo Ryland entre jadeos –
      • ¡Opino lo mismo! – dijo Eldhana mientras se vendaba la herida del brazo –
      • Pues debemos darnos prisa, parece que vienen muchos más. – dijo Yararen mientras recogía una garra de aberración para estudiarla en el claro –
      • Por mí, bien. – dijo Khizdim mientras formulaba un pequeño cantico de curación sobre el brazo de Eldhana –

      Todo el grupo empezó a correr en dirección contraria donde había aparecido aquel extraño gnoll, por el camino les iban asaltando diversas aberraciones de diferentes tamaños que iban mermando la resistencia del grupo y cada vez, eran más numerosas… Casi extenuados por la carrera que habían hecho por el bosque llegaron hasta la pared de espinas. Parecía tener vida propia y de ella salían pequeños brotes de hiedras con unas afiladas y finas espinas que intentaban alcanzar a parte del grupo por lo que no pudieron descansar a tomar aire y siguieron el curso del camino hacia el norte, hacia los acantilados del trueno donde les estaría esperando Trak para volver a Veleiron.

      Siguiendo el camino norte, parecía que habían dejado atrás las aberraciones, pero, todo lo contrario, a pocos metros de ellos, había apostados en unas grandes rocas, dos humanos y un gnoll rodeados de decenas de aquellas extrañas criaturas, qué al verlos, lanzaron varios improperios hacia el grupo y seguidamente, un reducido grupo de esas extrañas aberraciones lanzaron un ataque contra el grupo…

      • ¡Una emboscada! – gritó Eldhana, señalando el grupo encima de las rocas-
      • Nos estaban… esperando… – dijo un Yararen terriblemente cansado –

      No podían escapar ya que estaban rodeados de gruesos árboles y multitud de maleza por un lado y una montaña al otro, por lo que, se reagruparon y se prepararon para lo que les venían encima… Volver tras sus pasos no era una opción porque les venían pisando los talones otro grupo de esos animales comandados por otro gnoll.

      • ¡No os separéis! – gritó un cansado Ryland –
      • ¡Por Eralie! – volvió a gritar levantando su espada inspiración, levantando los ánimos del grupo para la pelea… –

      Mientras Ryland se posicionaba delante del grupo, Khizdim rezaba un cántico a Eralie para transmitir una bendición, Yararen ordenaba a Singla prepararse para el ataque y Eldhana chasqueaba sus sables y se colocó en posición desafiante junto a Ryland.

      • ¡Un enano nunca mira atrás! – dijo Khizdim mientras balanceaba su gran martillo –

      Las numerosas aberraciones estaban a unos cientos de metros de ellos, cuando se escuchó un gutural ruido a la espalda del grupo.

      • Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

      El grupo entero se giró y alcanzaron a ver al gnoll de antes rodeado de una cantidad importante de aberraciones y junto a él, un enorme árbol de brazos enormes. En ese momento, y viéndose en clara desventaja, recibieron los primeros ataques de las aberraciones. Los golpes, zarpazos i mordeduras de las diferentes bestias lograban alcanzar una y otra vez al grupo, que con grandes dificultades podían ir repeliendo los diferentes ataques. Estaban muy cerca de la senda de los acantilados del trueno, pero era imposible llegar dado el numeroso grupo que les estaba acechando…

      Ryland se fijó que estaban siendo atacados por sólo la mitad del grupo, parecía que lo que buscaban eran cansarlos para después terminar con ellos o cualquier otra cosa. Lo que era seguro, es que esa batalla no la podían ganar si nada cambiaba. El grupo empezaba a mostrar evidentes muestras de cansancio, cosa que aprovechaban las bestias para infligir el máximo daño posible una y otra vez.

      Ryland se encontraba frente a frente con una bestia de garras afiladas cuando sus enormes y afiladas garras chocaron con el hierro de espada Inspiración, el golpe fue tan duro, que provocó que ambos dieran un par de pasos hacia atrás, momento que aprovecho Eldhana, para saltar sobre la bestia y cortarle la cabeza con su sable coral. Singla por su parte, siempre fiel a Yararen, iba desgarrando a cuantas bestias se le cruzaban delante. Era bien entrada la tarde y la luz de sol había bajado en intensidad. Un brillante haz de luz deslumbró varias aberraciones, momento el cual, Khizdim aprovechó para aplastar el cráneo a una de ellas y romper una rodilla a otra. Como flotando, apareció detrás del haz de luz, Trak, el cual había logrado llegar arriba de la montaña desde los acantilados al escuchar numerosos gritos y pensar que el grupo estaba pasando por problemas.

      • ¡Rápido! Haced un círculo, ¡Os sacaré de aquí! – gritó Trak –

      El grupo hizo un circulo alrededor de Trak, y mientras este empezaba a recitar las palabras mágicas, el grupo se encargaba de mantener las aberraciones a raya.

      • Sólo tendremos una oportunidad, por lo que necesito que coordinemos nuestros movimientos. Cuando empiece el hechizo, tendréis unos pocos segundos para lanzar un fuerte ataque y volver rápidamente junto a mí para volver a casa. – dijo Trak –
      • ¡De acuerdo! – contestó Ryland –
      • ¡Es muy importante que volváis todos a la vez! – replico Trak –

      Los extraños seres que acompañaban y mandaban sobres esas bestias, se dieron cuenta rápidamente que algo pasaba porque enviaron a todos los animales al ataque en un intento de terminar rápidamente la contienda.

      • Date prisa Trak o seremos ¡comida para estas bestias! – gritó Ryland –
      • Necesito que estén un poco más lejos o podríamos llevarnos alguna con nosotros. – dijo Trak –
      • Pues Trak, haznos una señal cuando estés preparado y atacaremos para replegarnos… – dijo Ryland –
      • A la señal, lanzamos un ataque hacia delante con todo lo que podamos y volvemos atrás al momento. – dijo Ryland dirigiéndose al grupo –
      • ‘Trans ikrat … – susurró Trak mientras inclinaba la cabeza hacia Ryland como señal de atacar –
      • ¡Por Eralie! – gritó Ryland –
      • Arggggg Aquí no pienso morir. ¡Por Darin! – gritó Khizdim –
      • ¡Por Thorin! – gritó Yararen montado en su Singla –
      • ¡Allá vamosssss! – gritó Eldhana –
      • ‘ondomendo wiclat’ – seguía susurrando Trak mientras formaba un triángulo con sus manos –

      Todos avanzaron varios metros hacia delante con tal fuerza y vigor que las aberraciones se replegaron unos metros hacia atrás, momento que aprovecharon nuestros amigos para replegarse rápidamente junto a Trak.

      • ‘skrauwen’ – terminó Trak –

      Al momento, Trak empezó a tocar uno a uno a todos los miembros del grupo y un destello cegador cubrió la visión de todos ellos mientras notaban como sus pies perdían todo contacto con el suelo y todo a su alrededor empezaba a dar vueltas… la imagen de decenas de aberraciones que se abalanzaron hacia ellos fue lo último que vieron…

      Las aberraciones saltaron encima del grupo y una a una, chocaron entre ellas al desaparecer delante de sus ojos todo el grupo. No lograban entender que había pasado… Un gutural sonido proveniente del sur, donde se encontraba el gnoll, hizo que las aberraciones se dispersaran rápidamente y poco a poco, la calma volvió al bosque…

      A los pocos segundos, el grupo volvió a notar tierra bajo sus pies y poco a poco, aún algo aturdidos, lograron vislumbrar que habían llegado sanos y salvos a la sala de la consigna de la que habían partido el día anterior.

      • Ha faltado poco … – dijo Eldhana –
      • Sí, ni lo dudes. – dijo Ryland –
      • Y yo pensando en que quizá no volvería a beber cerveza de Kheleb… – refunfuñó Khizdim –
      • ¿Trak? ¿Yararen? – preguntó Ryland –
      • Sí, estoy bien. Sólo necesito descansar un rato… – dijo un renqueante Trak –
      • ¿Yararen te encuentras bien? – preguntó Ryland otra vez –
      • Sí. Estoy bien… pero mi corazón no… el circulo druídico ha sufrido un fuerte golpe y estamos delante de algo peligroso y malvado… – susurró Yararen junto a su Singla –
      • Sí. Algo ha nacido en ese bosque. Algo oscuro se esconde detrás de ese extraño muro de espinas… – dijo Khizdim –
      • Debemos volver a Takome y explicar todo lo que hemos visto –dijo Ryland –
      • ¡No hay tiempo que perder! – dijo Yararen mientras acariciaba suavemente a Singla –

      En ese momento, la puerta de la habitación se abrió y entró Arada junto con una joven semi-elfa.

      • ¡Habéis vuelto! – dijo Arada-
      • Mucho antes de lo que pensaba. No podía dormir y vislumbré una luz y vine a ver qué demonios ocurría. – continúo Arada –
      • Pues casi no volvemos… – dijo Eldhana –
      • Akelië, ve a avisar a Elkorin y haz preparar los aposentos con algo de comida para todo el grupo. – dijo Arada a la semi-elfa que lo acompañaba –
      • No tenemos mucho tiempo. Algo oscuro crece en Finwë Míriel y debemos informar de ello lo antes posible. – dijo Ryland –
      • Cómo es noche cerrada, y estáis muy debilitados, será mejor que descanséis esta noche y mañana a primera hora podréis partir.
      • Me parece bien. – dijo Ryland, mientras que Khizdim y Eldhana asentían a la vez –
      • Sí, la verdad es que necesitamos descansar. Ha sido un día muy duro, demasiado. – contestó Yararen –
      • Vamos, os acompañaré a los aposentos que teníamos preparados para vuestra vuelta y después daré orden de preparar los caballos para mañana. – dijo Arada –
      • – contestó Ryland –

      Uno a uno, se fueron levantando para seguir a Arada menos Trak. Éste se había quedado dormido en el duro y frío suelo debido al esfuerzo mental que había realizado para traer al grupo entero de vuelta a Veleiron. Con la ayuda de Eldhana, Yararen logró subir a Trak encima de Singla para llevarlo a los aposentos donde podría descansar mucho mejor… debían descansar lo máximo posible pues mañana a primera hora saldrían hacía Takome con las malas noticias.

      Ryland se tumbó en su camastro y repasó una a una, todas las cosas que había visto en el Naggrung. Quería recordar lo mejor posible todos los detalles vividos por el grupo, pero poco a poco, el cansancio se apoderó de él y sus ojos se fueron cerrando entrando en un profundo y reparador sueño. En las otras habitaciones, Eldhana yacía durmiendo encima de la cama, Yararen estaba terminando de realizar unos rezos y Khizdim roncaba como un tronco en una silla, con una botella de vino a sus pies.

      Muy lejos de allí, en Takome, una joven sirvienta, con el pelo húmedo, salía de los baños privados de los aposentos de la reina Priis. En ellos, se encontraba la reina Priis, que ajena a todo lo ocurrido en Naggrung, estaba tomando un baño de agua caliente. Una espesa nube de vapor inundaba todo el baño. El cuerpo desnudo de Priis sobresalía levemente del borde del agua, dejando a la vista parte de sus generosos senos y de su boca, no paraban de salir gemidos de placer. Unas pequeñas burbujas brotaban de entre sus piernas, cuando de repente y muy poco a poco, otro cuerpo desnudo emergió de dentro del agua. La figura se inclinó hacía los rosados pezones de Priis, que muy lentamente, fue recorriendo con su lengua hasta primero chupar y después morder de forma juguetona. Priis no paraba de gemir mientras con sus manos apretaba la cabeza de su acompañante contra su pecho en un intento de hacer durar más esas sensaciones.

      • Arggggg – gimió Priis –

      El agua caía por el borde de la bañera haciendo que todo el suelo se llenase de agua y espuma… La fe de Priis en Eralie era firme y hasta hace bien poco, el factor más determinante en su forma de vida. Había descubierto el placer del cuerpo y temía que ello pudiera afectar a su joven reinado, por eso, mantenía en secreto esos encuentros. Priis no lo sabía, pero muy pronto tendría noticias de un nuevo mal que acecharía al equilibrio en Eirea…

      Al cabo de un día y medio, la reina Priis, junto con varios de los emisarios que se habían quedado en Takome hasta recibir nuevas noticias, recibieron al grupo de aventureros en una audiencia privada. En la misma, Ryland explicó lo ocurrido en Naggrung y todos se pusieron bastante nerviosos, sobretodo la gente de Thorin, que sólo conocer la noticia, decidieron dejar Takome para convocar al círculo druídico. Ryland por su parte decidió partir hacía Aldara para encontrarse con sus amigos de Poldarn y descansar unos días en la ciudad portuaria de Takome. Khizdim se unió a la comitiva de Kheleb y partió hacía su montaña. Trak se quedó unos días en Nímbor porque debía descansar del esfuerzo mental realizado en los días anteriores y el pequeño poblado le ofrecía esa tranquilidad que necesitaba y Eldhana decidió ir al bosque de Thorin a entrenarse viendo que en Naggrung se vio superada en algunos momentos por esas aberraciones y su orgullo no le permitiría que volviese a pasar. Todo tenían claro qué en un breve espacio de tiempo, sus caminos volverían a encontrarse, ya que todo parecía indicar que lo que había nacido en Naggrung había aparecido para quedarse…

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