Inicio › Foros › Historias y aportes › Las aventuras de Floid el espadachín
El océano helado estaba en calma
Un viejo pescador sentado el puerto
Tirada tras tirada dejándose el alma
Siempre su anzuelo volviendo desierto.
El nivel del agua comenzó a bajar
Un mal presagio cerniéndose en su cabeza
Su caña comenzó a picar
Pero esto no era propio de la naturaleza.
¡Tentáculos, tentáculos!
Y unas enormes fauces repleta de dientes
Todos corren salvando su culo
Ya que ninguno sabe quienes serán los siguientes.
El hilo terminó por romperse
Uno de los apéndices agarró al abuelo
Casi dentro de las fauces podía verse
Cuando un magnífico corte lo lanzó al suelo.
Sombrero de mosquetero plumado
Bigote largo y cuidado de forma imperial
Pequeña perilla de chivo en buen estado
Ropajes de grandioso material.
¡Tentáculos, tentáculos!
Floid el espadachín hizo presencia
Forjando numerosos vínculos
Borrará a esta criatura de la existencia.
Hasta la superficie se desplomó la extremidad
Gelatinosa y viscosa sangre cubrió el pavimento
Un pequeño paso en falso lo hizo resbalar
El equilibrio pudo mantener gracias a ágiles movimientos.
La criatura comenzó a atacar
Usando un embate lateral
Gracias a sus reflejos pudo saltar
Contraatacando con un tajo espiral.
¡Tentáculos, tentáculos!
Por el suelo decenas desparramados
La criatura con cierto disimulo
Lanzó su último ataque en bastante mal estado.
Con un amplio bocado
Ingirió por completo al espadachín
Quién no sabía ni lo que había pasado
Ni que aún tuviera un último comodín.
Los lugareños gritaron desesperados
Veían como la criatura avanzaba
Dejando todo a su paso destrozado
A cada metro sus tentáculos alzaban.
¡Tentáculos, tentáculos!
Sin mediar palabras la criatura se desplomó
Pues, Floid, sin mayor preámbulo
Encontró su corazón y sin duda lo apuñaló.
Los aldeanos quedaron extrañados
Pues la criatura había muerto sin razón aparente
De su interior bastante manchado
Floyd apareció finalmente.
Con un enorme grito de júbilo
El espadachín fue alzado en brazos
Y aunque su hazaña fue en sigilo
A todos había salvado de aquellos latigazos.
¡Tentáculos, tentáculos!
Para todos en la posada
Disfrutando de uno de los mayores espectáculos
Aunque a más de uno le diera una arcada.
Anónimo*Lhandon aplaude lentamente como un disidente.
[Lhandon]: Ya si los versos midieran lo mismo (métricamente)… hablaríamos de un poema.
