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    • ryland
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      Era ya medio día, la Corbeta de Takome volvía a toda velocidad a puerto después de varias semanas de servicio vigilando el peligroso mar del Orthos. Los marineros estaban muy contentos por poder volver a tierra firme y disfrutar, por fin, de unas merecidas vacaciones durante las próximas tres semanas. De la cocina salía un olor a pescado increíble, se estaba preparando la última comida en el barco antes de llegar a Aldara y para tal ocasión se estaba cocinando un gran surtido de pescados y diferentes moluscos pescados durante la pasada noche. Algunos marineros tocaban música, algún que otro bailaba y varios fumaban agolpados en la cubierta superior…

      Estaban a un par de horas de Aldara y la pasada noche habían pasado muy cerca de la isla de Naggrung sin ver movimiento alguno de piratas u otras naves. Un pequeño temblor cruzo la nave de proa a popa, para muchos inapreciable pero para Ryland era una claro aviso que algo estaba o iba a pasar… A su edad, Ryland ya no tenia el cuerpo de antes y cada vez más, le costaba recuperarse de las duras jornadas en el mar… estaba en su camarote descansando y se levanto sobresaltado… cogió sus armas y se dirigió hacia fuera.

      – Silencio! – grito Ryland –

      Todos y cada uno de los marineros que estaban en cubierta dejaron lo que estavan haciendo y miraron hacia el puesto de mando, en donde Ryland se había plantado junto a su teniente.

      – Vigía, informe! – dijo si dejar de mirar al horizonte –

      – Ninguna novedad, capitán. – dijo el vigía –

      Al momento, un fuerte temblor sacudió la nave de proa a popa haciendo que todos y cada uno de los marineros, ahora sí, la notasen. Incrédulos se miraron unos a otros sin dar crédito a lo que había pasado. Ryland aferrándose al timón, no lograba entender lo que estaba pasando…

      – Revisad el casco! – ordenó Ryland –

      Los marineros, se agolparon a uno y otro lado del barco para revisar el casco del mismo. Lo mismo hicieron otros tantos, para revisar el interior de la nave para ver posible fugas de agua. A los pocos minutos, todo el barco estaba revisado sin fisuras ni agujeros visibles.

      – Vigía, alguna novedad? – gritó Ryland –

      – Nada… – respondió el vigía con la voz entrecortada –

      – Nada? – contestó Ryland –

      – Un gran número de peces se mueven en dirección sudeste. Nunca había visto tal cantidad de fauna marina a la vez capitán – resolvió el vigía –

      Al momento, un par de gaviotas pasaron muy cerca del barco, los marineros se miraron muy extrañados, ya que estas aves raramente se les veia tan lejos de la costa…

      – Capitán! Capitán! Se hacerca una extraña sombra por estribor. – gritó el vigía –

      Ryland cogió sus prismáticos de Nacar y miró hacia el horizonte y vió, muy a lo lejos, una sombra negra que se acercaba…

      – Todos a sus puestos de combate! – ordenó Ryland –

      – Preparen los cañones! – ordenó Ryland –

      Todos los hombres, empezaron a moverse por el barco posicionándose cada uno en su sitio. Los cañoneros ocuparon los puestos de artillera y empezaron a cargar los cañones.

      – Giren 25 grados a estribor y recojan velas. – ordenó Ryland –

      – Replieguen las velas! – ordenó el contramaestre-

      Varios marineros, empezaron a subir por los mástiles para plegar las velas.

      – Pajaros mi capitán, són pajaros! – gritó el vigía –

      – Pajaros? – respondió incredulo Ryland –

      Levanto sus prismáticos de Nacar y miro hacia el horizonte y vio, al igual que su vigía, como una gran cantidad de aves se les acercaban en grupo. había gaviotas, aguilas, pajaros, pelicanos, buitres, petirrojos, halcones, lechuzas… que estaba pasando! En la vida, se había visto tal cosa… Iban muy deprisa y en cuando quisieron darse cuenta, los tenian encima…

      Era tal cantidad de aves, que destrozaron por completo una de las velas de la corbeta y provocaron alguna que otra herida superficial en alguno de los marineros que estaban apostados en las partes más altas de la corbeta realizando las tareas encomendadas. Al pasar por encima de ellos, no paraban de hacer ruidos como si estuvieran hablando entre ellas…

      Que está pasando? De que huyen? Venian de Dalaensar, de Aldara, que podía estar pasando? o en vez de huir… quiza estaban yendo hacia otro lado… los peces también iban en la misma dirección… Que demonios estaba pasando! Que debia hacer?

      Ryland no sabia que hacer en ese momento, sus hombres estaban deconcertados y él tambien, en el mar no le temía a casi nada, pero eso que acaba de suceder, le estremecia… pero algo le decía, que no podía dejar pasar aquello, que debía indagar en lo que estaba sucediendo…

      – Mantegan las posiciones de combate! – ordenó Ryland –

      – Cambie rumbo! Todo a estribor! – ordenó Ryland al contramaestre –

      – Naggrung? – susurró a su lado, el teniente –

      – Si. – contestó Ryland – Ponga dirección Naggrung – Lo más rápido posible. – le susurró –

      Y diciendo esto, fue hacia su camarote a paso lento pero seguro.

      Mientras entraba en su camarote privado, escuchó como se desplegaban las velas otra vez y el barco giraba en 180 grados su dirección para ir a la isla de Naggrung, que es donde se dirigían todas esos animales.

      Se sento en su escritorio, y con letra bien clara apuntó lo que había ocurrido en su diario… otra sacudida hizo que gran parte de la tinta de su pluma se desparramase por el diario… dejo caer la pluma y salió del camarote rapidamente…

      Al salir, viendo las caras de su tripulación, entendió al momento, que algo acaba de ocurrir…

      – Informe teniente Lahrm – espetó Ryland mirando a los ojos en blanco de su teniente –

      Éste se quedo en blanco sin decir nada, por lo que Ryland, alzando los ojos al vigía…

      – vigía, informe! – ordeno Ryland –

      – Cap… cap… capitán…. un ser… algo ha sobrevolado el barco en dirección a Naggrung… – balbuceó el vigía –

      – Daños? – pregunto Ryland –

      – Parece… parece que no hay daños capitán – contestó, ahora si, el teniente –

      – Señores! No sabemos a los que nos enfrentamos, pero sea de este mundo o no, tenemos el deber de investigar lo que hoy aquí está ocurriendo… aunque mis manos ya no son lo que eran y tiemblan mucho más que años atrás, mi corazón sigue latiendo y es por ello, que pido un esfuerzo más a cada uno de ustedes y vayamos hacia a Naggrung a conocer nuestro destino! – bramó Ryland –

      Ahu! ahu! – Todos los marineros, animados por las palabras de coraje de Ryland, dejarón el miedo atrás y se jalearon los unos a los otros. –

      Fue asi cómo la corbeta de Takome puso dirección hacia Naggrung al encuentro de lo desconocido, Ryland quiso coger sus prismáticos de Nacar y en ese momento recordó que los dejo encima de su escritorio, así que decidió ir él mismo a por ellos y volver al puesto de mando para comandar la nave… entro en su camarote, cerrando la puerta tras de si, cruzó el camarote dirigiéndose hacia el escritorio que estaba al lado de una pequeña ventana, cogió los prismáticos y una pieza de fruta que tenía encima la mesa desde primera hora. Se guardó los prismáticos en un bolsillo y se dispuso a morder la manzana al momento que se giraba entero para ir hacia cubierta cuando, de repente, una explosión de luz lo cegó unos instantes cuando un portal dimensional apareció frente a él. Ryland dejo caer la manzana mordida y desenvainó su Inspiración apuntando hacia el portal que allí había aparecido…

      Durante unos instantes no paso nada y el portal allí seguía… pinchó con su espada al portal y nada ocurrió, así que, apretó fuertemente la empuñadura de su espada y con decisión, se introdujo en el portal dimensional. De repente, su cuerpo empezó a brillar y tras una explosión de luz, se dio cuenta de que había aparecido en un nuevo lugar… estaba en un bosque… pero dónde se encontraba? no veía rastro alguno del portal pero ahí estaba él con su espada en la mano…

      Empezó a deambular por el bosque, perdido y sin saber donde estaba, siguió una pequeña senda de transito animal hasta que llegó a un camino y entonces sí, supo donde se encontraba.. estaba en la Antigua Senda Comercial, el camino que cruza el Bosque de las Llanuras, en Naggrung. Entre los arboles empezó a ver movimientos de gran cantidad de animales siendo perseguidos por pequeños grupos de individuos que no lograba identificar… así que, tan sigiloso como pudo, siguió un grupo de estos y a unos doscientos metros pudo ver como un grupo de dendritas acorralaban y golpeaban hasta la muerte a un jabalí gigante… que hacían allí esos dendritas y de donde había salido ese jabalí tan grande…
      en los múltiples viajes que había realizado Ryland a Naggrung, nunca había visto nada igual… de repente, otro jabalí igual de grande junto con un oso igual o de mayor tamaño, atacaron el grupo de dendritas, haciendo que estos de separaran… uno pasó a escasos metros de Ryland, sus miradas se cruzaron, pero ni uno ni otro hicieron intención de atacarse…

      Durante uno breve espacio de tiempo, Ryland anduvo por el bosque sin cruzarse enemigo alguno, pero sí con animales gigantes, de vez en cuando se escuchaban gritos y pequeños temblores en la tierra hasta que, de repente, vio algo increíble. Una gigantesca sombra le tapaba el sol por completo, alzó la vista y vio la figura de un avatar divino, sus largos y fuertes brazos con unas enormes garras en sus extremos, junto con la forma de sus patas y sus tres pares de ojos le hicieron dar por sentado que se trataba de Ralder, el gargante. El mismo que hace ya algunos
      años, expulsó a Alchanar de Thorin cuando éste intentó invadir Thorin con una gran hueste de demonios.

      Ralder, como solo una entidad divina con una descomunal fuerza puede hacerlo, alzó con sus poderosos brazos una gigantesca roca y la incrustó contra la superficie del Bosque de las Llanuras, hundiéndola varios metros en la superficie. Fue tan fuerte el impacto, que provoco un enorme temblor en la tierra que hizo que Ryland, a muchos metros de distancia, no pudiera mantener el equilibrio y cayera sobre el suelo verde del bosque. Estando en el suelo, una nube de polvo y pequeñas piedras lleno el ambiente y usando su escudo, pudo esquivar recibir el impacto de grandes piedras impulsadas por el golpe que la gran piedra había realizado contra el suelo. Pasados unos segundos, Ryland logro levantarse y vio
      como un reguero de destellos iluminaron durante unos instantes parte del bosque, cuando Ralder, con sus afiladas garras, marcó de un zarpazo la superficie de la gigantesca roca, reclamando así El bosque de las Llanuras como su propio territorio.

      Gruoooogggrrrrrrrrrrr – Ralder emitió un profundo rugido que hizo retumbar hasta el ultimo y mas profundo rincón de la isla de Naggrung –

      Con furia renovada tras la conquista de sus nuevos territorios, Ralder dirigió la mirada de sus tres pares de ojos hacia el noroeste de Naggrung, hacia… el Bosque de Cristal.

      Como si de un enorme felino se tratase, el durmiente se movió gracilmente por entre el abrupto relieve del norte de Naggrung, cruzando la gran Cordillera Norte, hasta llegar al Bosque de Cristal… Ryland, aun conmocionado por lo que acaba de ocurrir, miro a uno y otro lado del bosque y empezó a ver como multitud de animales se dirigían hacia la gran cordillera norte, parecía que Ralder estaba movilizando a su ejercito para invadir el maldito bosque de cristal. Ryland sabia que tenia que ir al bosque de cristal, pero en su estado, esa travesia podía ser de más de tres días, pues debía cruzar la cordillera del norte, los cerros y por ultimo, pasar por los acantilados del trueno para llegar a la entrada del
      bosque de cristal… En eso que vio, como águilas gigantes cogían con sus enormes garras a enormes jabalíes y se dirigían volando hacia el bosque de cristal salvando la distancia…

      No se lo pensó dos veces y saltando como pudo, se agarró a los lomos de un enorme jabalí que pasaba por su lado, éste al notar como Ryland se agarró a él, giró su cabeza y cómo leyendo el pensamiento de Ryland asintió y siguió corriendo junto con una manada de más de cien individuos. No pasó ni un minuto cuando unas enormes garras agarraban al jabalí y era elevado decenas de metros hacia arriba para cruzar la enorme cordillera del norte de Naggrung.

      Estaban muy cerca del bosque de cristal cuando Ryland pudo ver como las patas de Ralder impactaban con fuerza súbita contra el suelo del bosque maldito haciendo que una infinidad de estatuas de cristal, de arboles, animales, demonios y antiguos pobladores del bosque, se rompiesen al unisono, creando un estallido de esquirlas cristalinas, que acabaron trasformándose en un extraño y melódico murmullo de las mismas cayendo contra el suelo. Un sonido gutural, nacido de las mismísimas entrañas de Ralder, retumbó por todos los alrededores cuando la gargantuesca bestia se dispuso a reclamar el territorio del Bosque de Cristal, maldito Eras atrás, como suyo.

      Sin embargo… segundos después del alarido de Ralder, como si del eco reflejado en las montañas de la cordillera norte se tratara, un segundo rugido hizó estremecer las profundidades de Naggrung. La tierra tembló y como si un sumidero gigante hubiera aparecido en mitad del bosque, las mismas entrañas de Naggrung parecieron tragarse parte del bosque ante la furiosa mirada de Ralder.

      Una eterna nube de polvo de cristal y nieve se alzó delante de Ralder, envolviendo toda la zona del Bosque de Cristal en una espesa niebla, en cuyo interior y lentamente, se empezó a vislumbrar una gigantesca silueta. Poco a poco la niebla se fue volviendo mas liviana, dejando ver la silueta de un enorme demonio, el cual, ante la presencia de Ralder, clavó sus garras delanteras en el suelo, hundiendolas entre los restos del bosque, y emitiendo un profundo rugido desafiante.

      – Gruoooooooooggggggggggggggggg – rugió desafiante el demonio –

      Cuando la nube de polvo se retiró por completo, Ryland desde las alturas pudo ver con cierta dificultad un extraño portal, parecía que la llegada de Ralder al bosque de Cristal había despertado a un demonio y que con su salida de las entrañas de Naggrung, habia dejado al descubierto un oscuro secreto que se había conservado así durante centurias: un portal brillante, envuelto con energía divina que parecia sellado con magia divina.

      ¡¿Quién es el que osa perturbar mi descanso y el de mi maestro?!, ¿¡Quién osa perturbar mis dominios?! – gritó el demonio –

      Este bosque me pertenece ahora. Retírate, demonio, si no quieres que me vea obligado a destruirte a ti y a ese sepulcro que pareces proteger. – Ralder contestó –

      Sepulcro? Ryland habia escuchado bien, parecía que ese demonio estaba protegiendo una antigua tumba de algun dios quiza? No lo sabia, pero estaba a punto de saberlo dado que se dirigia hacia ellos sin poder hacer nada más que esperar…

      Soy el creador de este bosque. El protector de este dominio. Soy Izgraull. – gritó el demonio –

      Es mi influencia la que mantiene Naggrung vivo. He estado más tiempo dormido del que tu has vivido. – prosiguió el demonio –

      Vete, criatura, o sufre las consecuencias de despertarme a mi y al lugar de descanso de mi maestro. – desafió el demonio a Ralder –

      ¡Estoy harto de las insidías e intrigas del resto de dioses! – exclamó Ralder –

      No dejaré que vuestras falacias me manipulen. ¡no permitiré que reclaméis lo que me pertenece a mi como vuestro! – respondió Ralder –

      ¡Silencio!, tu insolencia es insultante. Tu existencia es repugnante. Pagarás esta osadía con tu vida. – gritaba con rabia el demonio –

      Soy Izgraull, el horror antiguo, recordado y temido aún a día de hoy. ¡Hoy te condeno a ti al olvido! – gritó el demonio –

      ¡Mis seguidores, adoradores y criaturas!, ¡acudid a mi llamada y ayudarme a demostrar mi dominio sobre el bosque de Cristal! ¡enviemos de nuevo a esta criatura al pozo del que ha venido! – gritó Ralder –

      ¡Oídme a mi, mis aberraciones!, ¡acudid a mi, aquellos que respeten a Naggrung y su independencia!, ¡no permitáis que Naggrung pierda su libertad ante las intrigas del panteón! – grito Izgraull –

      Desde las alturas, Ryland observó como extrañas criaturas salían de debajo de la tierra y rodeaban a Izgraull, por su parte, Ralder no se quedaba corto y detrás de él empezaba a haber una cantidad importante de animales gigantes… el grupo de águilas en el que iba Ryland estaba a pocos metros ya de Ralder cuando notó que comenzaba el descenso y a pocos metros del suelo soltaban a todos los animales para que su unieran al ejercito detrás de Ralder.

      Todos los dioses del panteón, incrédulos al sentir la fuerza del portal, centraron toda su atención en el encontronazo de las dos grandes figuras que se irguió en el bosque de Cristal.

      ¡Fieles de la Destrucción y la Guerra! ¡Entrad en el sepulcro a través de los portales y saqueadla para mí! ‘Gracias a las reliquias que allí encontréis podre sumir este mundo bajo mi yugo y voluntad! – grito Seldar –

      ¡Defensores del Bien y la Bondad! ¡Hemos de encontrar ese sepulcro pues el destino de la vida de todo este mundo está en juego! ¡Entrad en el portal y descubrid todos los secretos que allí encontréis para mí! – grito Eralie –

      Ryland bajo del lomo del enorme jabalí dandole unas palmadas a modo de agradecimiento por el viaje. Se apartó unos metros del numeroso grupo de animales y escucho un fuerte estruendo proveniente de la lucha que había comenzado entre Ralder y Izgraull, Ralder realizó una brutal carga que hizo retumbar toda la zona alrededor. Izgraull se revolvió frente a su enemigo y le mordió con cólera titánica en el pecho a Ralder, aprovechó Izgraull que Ralder estaba con la defensa baja para clavarle sus fauces con gran fuerza en el pecho y golpeó con fuerza una de sus piernas. Ralder gritó y levantó uno de sus enormes brazos para golpear en la cabeza a Izgraull, haciendo que éste perdiera el equilibrio momentaneamente… había empezado una batalla entre dos gigantes… a sus pies, miles de criaturas luchaban entre sí, charcos de sangre y multitud de cuerpos llenaban por completo el suelo que pisada Ryland.

      Ryland empezó a andar hacía donde estaban las enormes figuras de los avatares luchando para investigar que és lo que defendía Izgraull. A duras penas empezó a andar, se cruzó con varias aberraciones que con algo de trabajo pudo liquidar, a cada paso que hacía, le salía otra aberración y cada vez eran mas poderosas… parecía que el poder de Izgraull les hacía hacerse más
      fuertes… algunos jabalíes y osos gigantes conseguían avanzar entre las aberraciones, abriendo brechas que eran aprovechadas por otros animales más pequeños para avanzar y seguir atacando a las aberraciones… En un momento dado, una enorme aberración de largos colmillos y cola de fuego se plantó delante de Ryland, no la había visto llegar pero eso poco importaba ahora, tenía que encontrar el portal y para ello, sabía que debía terminar con aquella extraña bestia porque era él o la bestia… la bestia le lanzó un zarpazo a Ryland que éste paró
      con cierta dificultad con su escudo de la templanza, al momento, giró sobre si mismo y le clavo su inspiración en una de sus piernas. El animal lejos de huir, herido como estaba, se lanzó encima de Ryland mordiendole un brazo, el cual, empezó a sangrar abundantemente… la bestia no lo soltaba, así que golpeó con su escudo en la cabeza del animal que provoco que éste empezara a sangrar por uno de sus enormes ojos rojos… aprovechando el desconcierto del animal, levanto su espada inspiración y con un fuerte grito, impacto contra la bestia con una fuerte carga que termino con ella en el suelo, ya en el suelo, realizó un golpe redentor que terminó con la vida de la bestia… levantó la mirada y vio frente a el, a unos pocos metros de donde se encontraba, el enorme portal que había visto desde el aire.

      Las enormes figuras de Ralder y Izgraull seguian luchando en una pelea titánica, en donde los simples mortales no podían hacer nada más que contemplar el espectaculo. Aprovechando que la pelea estaba unos cientos de metros de donde estaba, se vendó la herida del brazo y tan rapido como le permitieron sus piernas se dirigió al portal dimensional.

      Con gran decisión, Ryland se introdujo en el portal dimensional y su cuerpo, empezó a brillar y tras un explosión de luz, se dió cuenta que estaba en un nuevo lugar.

      No sabia bien donde estaba, ya que fuertes corrientes le dificultaban observar todo con total claridad. Se escuchaban rayos y truenos, y mirando hacia arriba, vio un peligroso tornado girando sobre si mismo, pero parecía que la zona en donde se encontraba estaba en el ojo del huracán y no se veía afectado. Ryland se ajustó el yelmo y logro ver un enorme orbe a escasos metros de él, parecía ser un orbe rosado intangible hecho de una energía concentrada cuya fuerza parecía someter al entorno, la misma se podía sentir en todo momento.

      A su alrededor había una esfera de energía que parecía protegerlo del exterior… o proteger al exterior de ella… Ryland no lo tenia nada claro, de él salian unas extrañas cadenas con inscripciones en adurn y aquan. La poca luz en el lugar, sumado a los enormes ruidos de rayos y choques entre estrellas hacia muy dificil desfrizar todo lo que decían. Fue siguiendo las cadenas con la mirada y vio que cada una terminaba en un extraño sello mágico.

      Se acerco a uno de los sellos y vio una columna que dividía en dos al círculo. Una energía tranquilizadora parecía envolverlo y estaba afectando a los vientos de la región, que se movían mucho más despacio. La cadena que procedía del orbe estaba atada al círculo de forma medida y eficiente. Vio otros dos sellos muy parecidos al primero y cuando dirigió
      su mirada al cuarto sello vio cómo éste estaba roto… se acerco a éste y vio como un humano desaparecía a pocos metros de él… Miró dentro del sello roto y vio que dentro había lo que podrían ser unos huesos…
      Los vientos eran demasiado feroces, laceraban con fuerza en afán de derribar a Ryland y al arrastrarse por la plataforma, Ryland se vio envuelto por la periferia del tornado. Su fuerza parecía estar vinculada al gran sello que gobernaba la región.
      Ryland intentó mantener la posición pero se vio de nuevo rodeado de figuras de cristal por el suelo y charcos de sangre junto con bestias enormes por los suelos, había vuelto al bosque de cristal.
      Le dolía la cabeza y no tenía claro donde había estado hace escasos momentos, la tumba de un antiguo dios? Quien era el maestro de Izgraull…
      No lo tenía claro… hacia demasiados años que no pisaba una biblioteca y su memoria empezaba a fallar… en ese momento, un enorme jabalí cayo a su lado. Esto hizo que Ryland se centrara y vio cómo a escasos metros las dos grandes figuras seguían luchando de forma titánica… sabía que no podía hacer nada pero, dentro de él, sabia que debía hacer algo para ayudar a Ralder, así que se levantó del suelo y levantando su espada inspiración se lanzó hacia Izgraull, el terrible.

      Ryland se abalanzó hacia Izgraull, el terrible mientras su Espada Azul brillaba con el poder sagrado de Eralie, abrasándole la mano a medida que su intensidad crecía. Cuando Ryland no pudo aguantarlo más lanzó dos golpes contra su oponente, uno horizontal que le causó una grave quemadura y uno oblicuo que, con su estela, terminó de dibujar una cruz de luz que permaneció en el aire un
      segundo antes de desvanecerse ante Izgraull. Ryland vio como Izgraull no notó nada después de tal ataque y seguía enfrascado con Ralder, por lo que decidió volver a intentarlo para ayudar a Ralder a derrotarlo y así fue como Ryland empezó a vociferar gritos de guerra, demandando a Izgraull un desafío y empezó una brutal carga que provoco que Izgraull se girará hacia él y le golpeara con cólera titánica varias veces en el pecho haciendo que Ryland cayese a sus pies… Ryland semiinconsciente llego a escuchar…

      ¡Aparta de él, fgrrrrusanrffgrrrrhhraaffgrrrr! – exclamó Ralder, el gargante –

      Ralder aprovechando que Izgraull estaba de lado, arremetió con toda su furia contra Izgraull y le mordió con cólera titánica en una garra con todas su fuerzas. Seguidamente, Izgraull fue lanzado por los aires por Ralder alejándolo del combate en ese lugar. Ralder cargó colérico hacia Izgraull, siguiéndole mientras hacia retumbar toda la tierra a tu alrededor.
      Ryland vio alejarse de su posición a Ralder antes de cerrar los ojos…

      Sin darse tiempo a observar su cuerpo inerte, el espíritu de Ryland se elevó y abandonó Eirea. Un frío espasmo recorrió su espina dorsal mientras la oscuridad se cernia sobre su mente…

      – Bienvenido al Limbo de los Espíritus mortales. – una profunda voz retumbó en su mente y escucho unos ligeros pasos acercandóse –

      – Parece que hoy no has tenido un buen día. – dijo la voz –

      – Soy Söele el Sacerdote, soy un enviado de Gedeón. – se presentó la voz –

      Gedeón, al igual que otros dioses, estan viendo lo que está sucediendo hoy en Eirea y mi maestro, guardián del equilibrio, no cree que sea tu hora. Tu has visto cosas que ningún otro mortal ha visto y has estado dentro del portal dimensional. Si tu mueres, las fuerzas del mal comandadas por Seldar tendrán cierta ventaja en la lucha de poder de Eirea, es por ello que mi señor ha decidido darte otra oportunidad y salvarte… hoy no es momento de juzgar tus actos… quizás en otra ocasión le dijo.

      Söele inició una plegaria a Gedeon rogando por su alma.

      – ‘inomitus pater remisient balaetis pirit sancrit’ – pronunció Söele el Sacerdote –

      Todo se volvió nublado, así que cerro sus ojos… al volver a abrirlos, se encontró tumbado en el suelo junto a su espada en donde había ido a parar después del encuentro con Izgraull.

      Le dolía todo el cuerpo y no podía levantarse… incorporó un poco la cabeza y vio como Izgraull, agotado después de la larga batalla contra Ralder, observó desolado a su alrededor. Centenares de cuerpos de Niarbaj’eses, Xitdancrobos y otras criaturas fieles a Izgraull cubrían el suelo del Bosque de Cristal, mientras que las bestias de Ralder se relamian la sangre de sus enemigos que cubrían sus cuerpos.

      Izgraull cayó de rodillas ante El Gargante, esperando el golpe de gracia que le permitiría abandonar el malherido cuerpo que habitaba para volver a sumirse en el largo sueño en las profundidades de Naggrung. El Bosque de Cristal fue reclamado por Ralder, El Gargante, Señor de las Bestias.

      Ryland, no podía con el dolor en el pecho. Estaba vivo pero las heridas producidas por Izgraull habían sido tan fuertes, que su maltrecho cuerpo no podía aguantar aún… sus ojos se cerraban… segundos antes de cerrar los parpados Ryland logró ver a Izgraull y Ralder abandonar los cuerpos de sus avatares y desaparecer entre una nube de polvo… ni ellos mismos sabían, que sus acciones habían provocado la apertura de una puerta para los mortales… Ryland cerró los ojos y notó como su cuerpo empezaba a chispear y un pequeño hormigueo brotaba de pies a cabeza haciendo que desaparecises del bosque de cristal…

      !flihs¡ !flahs¡

      Con un fuerte destello, Ryland apareció en su camarote rodeado de alguno de sus hombres…

      – Capitán! – dijo su teniente –

      – Que venga un clerigo! – ordenó el teniente –

      – Donde ha estado, capitán! Llevamos horas buscándolo… – prosiguió el teniente –

      – He estado en Naggrung… necesito ir a Takome… – susurró Ryland –

      – Señor, estamos a pocas millas de Naggrung. Vimos salir multitud de barcos del puerto de Keel y como usted desapareció, decidimos parar y buscarlo para saber que hacer. – continúo el teniente –

      – Volvamos a Aldara, debo hablar con la reina Priis de lo que hoy he visto y he vivido… el mal está preparando algo y devemos estar preparados… – dijo Ryland –

      – Capitán, que ha pasado. Expliquese! – replicó el teniente –

      – No puedo ahora.. Ordene volver a Aldara lo más rápido posible para… – Ryland no pudo terminar la frase –

      Ryland cayó inconsciente en el suelo de su camarote, las heridas provocadas por Izgraull habían sido demasiado fuertes y aún después de que Söele se las curase, eran demasiado poderosas para un simple mortal… necesitaba descansar… tendría el tiempo necesario para tal efecto? Varios hombres, levantaron con cuidado a Ryland, y lo dejaron en su cama para recibir las atenciones de los clerigos de eralie que iban de apoyo en la nave…

      La corbeta de Takome desplegó las velas y puso rumbo a Aldara a la mayor velocidad posible. Todos los hombres estaban contentos por tener otra vez a su capitán a bordo, pero entre ellos, había un aire de temor por las cosas que habían ocurrido durante ese día… todo parecía que había terminado… de momento.

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