II Concurso de interpretación:La pequeña gran aventura del PirataGnomo Morganski

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<h6>LA PEQUEÑA GRAN AVENTURA DEL PIRATA GNOMO MORGANSKI</h6>
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Este relato no es una aventura épica, no se hallarán entre sus lineas héroes
encomiables de leyenda o hazañas memorables, ni siquiera narrará ese tipo de
batallas cuyos ecos retumban hasta la eternidad. Lo que encontrará el lector
en esta ‘log-historia’ es la narración de un día en la vida del peculiar
navegante gnomo conocido como el Pirata Morganski. Un día que este curioso y
soñador marinero recordará para siempre.

Para aquel que no conozca a Morganski, esta aventura podrá parecerle un
disparate… en realidad lo es. Nada más razonable puede esperarse de este
forzosamente ordenado sacerdote (un clérigo de Eralie hecho y derecho), que
sin embargo navega por los mares de Eirea disfrazado de pirata, con un parche
de mentira y unos tatuajes auto-garabateados en sus brazos con carbón. Un
romántico desequilibrado lleno de ilusiones y sueños de niñez que ha decidido
recorrer las sendas que dicta su Dios y promulgar su palabra bajo la excusa de
lo que el llama la ‘Piratería cían’.

Y es que Morganski fue un niño que creció mirando a los mares del sur desde
las costas de la Bahía de Urlom, y soñando con las leyendas de los bucaneros
que allí atracaban. Sus padres eran inventores navales. Trabajaban en el
desarrollo de un BarcoCapazDeAlcanzarVelocidadesSupersónicas y cuya fortuita
explosión (por supuesto culpa de infortunios climatológicos, ya que la
tecnología gnómica es infalible) acabo tristemente con sus vidas, dejando así
al pequeño Morganski completamente huérfano.

Fue entonces cuando este gnomo que soñaba con ser pirata fue acogido como
novicio por los sacerdotes de Eralie de la ciudad de Ak’Anon, y donde se
formó, como tantos otros niños HuerfanosPorExplosión, en las enseñanzas del
Dios del Bien. Tras licenciarse y adquirir todos los poderes esperados para un
clérigo de esta categoría, y deprimido por haber crecido encerrado en un
templo alejado de los mares, solicitó permisos de misionero para promulgar la
palabra de Eralie por los Reinos, y escogió las islas y los mares de Eirea
como territorio donde desarrollar su labor de misionero.

Por supuesto, como gnomo trastornado por el romanticismo, la ensoñación, y la
lectura de demasiadas novelas de bucaneros, realiza desde hace años esta
misión torpemente disfrazado de pirata, con la delirante ilusión de que su
verdadero destino es convertirse en un laureado corsario al servicio de
Ak’Anon y cuya misión es acabar con los enemigos del bien que surcan los mares
de Eirea: orcos, lagartos, dendritas, y los temidos piratas de la Triada que
tanto atemorizan a los pescadores y comerciantes de la costa este del
continente de Dalaensar.

Sin embargo, antes de convertirse en corsario, debe ser reconocido por la
comunidad pirata… y para ello Morganski lleva meses tratando de realizar las
tareas imposibles (o como el lo llama, los ‘logros’) que un tal Herman, Pirata
de Prestigio, le encarga. Herman es un pirata retirado que generalmente pasa
sus días disfrutando del buen grog de la taberna Scumm, en la Isla del
Bucanero. Morganski dio con él en una de tantas veces que ha frecuentado esta
isla y lo reconoció rapidamente como ‘Representante absoluto de la piratería’,
preguntándole que tipo de pruebas debía superar para convertirse en un
reconocido pirata. A Herman le asquean las incesantes visitas con las que este
gnomo chalado y disfrazado de bucanero perturba sus momentos de tranquilidad,
y para quitárselo de encima, cada vez le encarga logros más complejos y
costosos de realizar. Duras pruebas que Morganski siempre termina completando
con la esperanza de ser reconocido algún día por la comunidad de bucaneros.

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Y aquí se halla nuestro protagonista de barba pelirroja, oteando desde el
embarcadero y aspirando profundamente la brisa marina proveniente del sur que
acaricia la Bahía de Urlom en esta fresca mañana otoñal. Morganski llena sus
pulmones con el aire puro del océano que tanto ama, y con la mirada iluminada
por la ilusión y por los sueños románticos de este aspirante a capitán pirata,
se dispone a navegar hacia el este*, rumbo a la Isla del Bucanero

* Morganski aun no ha descubierto que navegando hacia el oeste desde Urlom se
llega mucho antes (y con muchos menos incidentes) a la Isla Pirata…
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