Historia de la familia Brandagar

El pequeño Essel apareció corriendo por la puerta este de Keel.

De pronto, mascara en mano, y con el pulso tembloroso, se desvaneció entre las sombras de un pequeño callejón.

Unos ligeros golpes, en una pequeña ventana, dejaron a la vista un pequeño hueco, por donde el halfling, aprovechando su tamaño y destreza, se deslizo por ella con agilidad.

En el interior, un pequeño rincón de una trastienda abandonada, llena de polvo y telarañas, dejaba ver un lugar seguro para Essel.

-¡Essel! ¿Eres tú? ¡Ya estás aquí! ¡Estábamos preocupados!!- Dijo una voz joven y femenina detrás de las sombras del lugar.

-¡Salid! Tengo que contaros algo importante.-

-¿Has traído comida?, ¡tengo hambre! Por favor, no quiero más pescado podrido.-

Comentó una voz masculina diferente a la anterior.

De pronto, entre las sombras de los rincones, asomaron 3 rostros jóvenes. De raza halflings, una de ellas, tenía unos ojos pequeñitos, acorde a su tamaño y de color turquesa que brillaban a la escasa luz que asomaba por la sucia ventana. Lucia unas bonitas trenzas, adornadas en las puntas con lacitos de color morado.

-¡Aplexius, corre ven! -Dijo Essel.

La joven Halfling, se acercó con una remendada manta a cuadros que estaba usando como abrigo, y de la cual se desprendió para arropar al joven Essel con cariño.

-¿Qué te pasa, porque tiemblas, ha pasado algo?- Dijo la joven.

Los otros dos halflings, miraban desde el rincón, sentados sobre cartones, esperando la respuesta de Essel, al que parecían seguir con admiración y respeto.

-Pues veréis, he seguido un camino hacia el noreste del bosque, encontré a un cazador por casualidad, luego acabe por una senda hacia un camino empedrado al noroeste. Allí acabe no sé cómo en un acantilado… y estaba el.. el semi drow.. y entonces en la cueva.. en la cueva…-

El joven Essel se ponía cada vez más nervioso conforme hablaba hasta que no pudo continuar y cayó al suelo fatigado pero consciente.

-Pobre Essel- Dijo aplexius, mientras le acariciaba la cara y le miraba con cariño.

-El siempre cuidando de nosotros, y arriesgándose para conseguirnos comida.-

Otro de los halflings, salió de su rincón, y acerco un pequeño cuenco con agua a Essel.

-Toma, Essel, bebe un poco.- Dijo.

-Gracias Gorshen-. Contesto Essel agradecido.

Gorshen era un halfling de ojos negros, pelo cobrizo, corto y rizado.

Al poco rato, arropado por el calor de aquella manta, y del cariño del resto de halflings que le rodeaban, Essel recupero el aliento y la tranquilidad.

-Veréis, ¿recordáis la máscara? ¿La que apareció conmigo cuando me encontró mi tío Truk en el puerto? Dijo Essel.

-Si, esa mascara que nunca me dejas, que es igual que las que venden en el puerto, y que va genial para asustar a los gatos.-

Dijo, una voz femenina, mientras salía de las sombras, bajo unos cartones.

Essel sonrió.

-Sí, eso es Nerhai, esa mascara.- Replico Essel.

Nerhai parecía ser la más joven de los tres halflings.

Essel, dejo su máscara en el centro del corro que habían formado los 4 halflings.

-Veréis, dijo. Creo que le he encontrado un sentido a todo, al menos.. un punto de partida.-

Essel levanto un tablón suelto del suelo y cogió una pequeña caja llena de mugre.

Rebuscando en su interior, recogió lo que parecían unas cuantas monedas y la dispuso en el bolsillo frontal de su remendada mochila.

-Vamos a coger lo que tengamos, nos compraremos una máscara cada uno y volveremos allí juntos. – Dijo Essel con voz firme.

-Escuchadme, cuando nos conocimos, no teníamos a nadie y los cuatro hemos cuidado unos de otros, superando calamidades, aquí en Keel. Hasta ahora solo nos teníamos los unos a los otros, pero ahora… ahora quiero enseñaros algo, algo que marcara seguro el futuro y el destino de lo que somos, una familia.-