Inicio Foros Historias y gestas Un tonto malentendido

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    • smiaug
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      — En un rincón de Anduar, Szylah consigue acorralar a 2 sospechosos de robo en una de sus tiendas. —

      Szylah cierra la puerta detrás de sí y exclama: ¡Os pillé por fin! Malditos ladrones, lo pagaréis caro.

      Szylah mira a Grundar y Fandair que le devuelven la mirada perplejos.

      Fandair con una cara sorprendida mirando al orco exclama: ¡¿De qué ladrones hablas, maldito orco?!

      Grundar dice con voz sobrenatural: ¿A nosotros os referís?

      Fandair exclama: ¡Yo no he robado nada!

      Szylah dice: No os hagáis los sorprendidos. Sé perfectamente que sois parte de la banda que saqueó mis almacenes el mes pasado.

      Grundar dice con voz sobrenatural: Si solamente estábamos tomando un poco de té, de hecho me iba a sentar.

      Fandair exclama: ¡Eso es!

      Grundar ofrece té a Fandair.

      Fandair pregunta: ¿Y qué te hemos robado según tú?

      Fandair coge el té y se lo acerca a los labios con una cara totalmente enfadada, pero gradualmente al tomarlo se va relajando.

      Grundar coge unas hojas de marihuana de una bolsita para plantas.

      Szylah analiza a los dos jóvenes que poco a poco han retrocedido hasta pegar la espalda contra la pared.

      Szylah dice: ¿Maldito orco? Cuida tu lenguaje, te podría descuartizar aquí mismo.

      Fandair pregunta: ¿A quién vas a descuartizar tú?

      Fandair escupe al suelo.

      Grundar huele sus hojas de marihuana.

      Grundar ofrece hojas de marihuana a Fandair.

      Fandair exclama: ¡Y tú, Grundar, deja de fumar eso!

      Szylah estira su curvada espalda y mira al joven bardo desde arriba.

      Grundar dice con voz sobrenatural: Es solo para relajarme, el té y la marihuana me hacen meditar mejor.

      Fandair pretende ser valiente pero se le nota algo de temblor en las piernas.

      Grundar dice con voz sobrenatural: Ya sabes… comunión con las plantas…

      Grundar se sienta.

      Fandair balbucea: Déjate de comuniones que nos están acusando de robo.

      Szylah dice: Vamos a ver. ¿De dónde has sacado esa capucha? Lleva la etiqueta de mi tienda, y no pareces tener dinero suficiente para comprarla.

      Fandair exclama: ¡Esa capucha es totalmente mía!

      Szylah se gira hacia el humano.

      Preguntas en adurn: ¿Qué haces juntándote con este elemento?

      Fandair exclama: ¡Es mi amigo!

      Grundar dice con voz sobrenatural: Es cierto.

      Fandair empuña la espada de entrenamiento.

      Szylah dice: ¡Ajá! Así que reconocéis formar parte de la misma banda.

      Fandair exclama: ¡No!

      Fandair exclama: ¡Primeramente, no somos de ninguna banda!

      Fandair dice: ¿Por qué me acusas sin pruebas?

      Fandair exclama: ¡A mí nadie me acusa sin pruebas! ¡A mí, a Fandair, el mejor trovador de toda Eirea!

      Grundar pregunta con voz sobrenatural: Yo recuerdo… mi memoria anciana… mmm… creo que fue un gusano quien nos la dio, ¿verdad amigo mío?

      Szylah dice: Tienes la prueba ahí mismo.

      Szylah señala la capucha de Fandair.

      Szylah dice: Más os vale confesar. Se me conoce por mi generosidad y mi benevolencia. Confesad y os dejaré marchar.

      Fandair tira el té a la cara del orco.

      Fandair exclama: ¡¿Pero qué estás diciendo?!

      Szylah se limpia el té de la manga con un caro pañuelo con bordados de oro.

      Grundar dice con voz sobrenatural: Calmaos… Paz y amor… mejor oled esto para que os relajéis.

      Grundar huele su hoja de marihuana.

      Fandair exclama: ¡Jamás cogería algo de tu almacén! ¡En ese almacén no hay nada interesante, solo pura basura! Esta capucha perteneció a mi padre y fue pasando de generación en generación.

      Fandair exclama: ¡Yo fui a remendarla! Mira, se ve en la capucha.

      Fandair levanta la capucha señalando varios remiendos cosidos a ella.

      Szylah comienza a dudar ante la firmeza de la voz de Fandair.

      Fandair escupe con desprecio en el suelo.

      Fandair pregunta: ¿Y me acusas a mí? ¿A mí?

      Grundar piensa: este bardo tiene más huevos que cualquier orco.

      Grundar: ¡Así se habla!

      Szylah dice: De acuerdo, quizá no hayáis robado nada, me disculpo. Pero me habéis faltado al respeto y tirado el té a la cara. Estáis en deuda conmigo.

      Fandair pregunta: ¿Acaso los orcos tienen huevos?

      Fandair exclama: ¡Yo no estoy en deuda con nadie!

      Szylah dice: Más os vale relajaros o teñiré las paredes con vuestros sesos. Me dan igual las multas de esta ciudad. Tengo dinero para pagarlas todas. Dejadme pensar cómo podéis compensar vuestras ofensas.

      Fandair pregunta: ¿Tú no me has salvado la vida, no has hecho nada por mí, y me pretendes a mí decir que estoy en deuda contigo? ¡Con esta espada te rebanaré el pescuezo! Además, ¿a mi amigo Grundar de qué se le acusa? Porque prueba es la capucha «según tú», pero ¿Grundar qué hizo?

      Szylah se gira hacia Grundar y lo analiza de arriba a abajo.

      Fandair dice: Mira, el que ha robado de tu almacén lleno de chatarra insignificante seguramente compró a kobolds, esos malditos perros con sus objetos raros, o a gnolls, con ese aspecto tan asqueroso que tienen, como el tuyo.

      Fandair dice: Probablemente serán made in Vukanero, la isla de los piratas.

      Szylah dice: ¡Ya sé! He recibido un cargamento con cosas realmente interesantes.

      Szylah dice: Si lleváis estos carteles a vuestras ciudades para anunciar mi taberna os perdonaré la vida.

      Szylah finalmente consigue encontrar lo que buscaba y saca 2 tubos enrollados con carteles.

      Fandair pregunta: ¿Y yo qué gano al repartir esto por la ciudad?

      Grundar dice con voz sobrenatural: Pero ogro… digo, orco… es muy sencillo: bajad precios y vuestro comercio triunfará.

      Szylah dice: Ganas tiempo para seguir viviendo.

      Szylah se ríe a carcajadas.

      Szylah dice: Si mi negocio es el más exitoso del reino. ¡Bajar los precios dice…!

      Szylah lanza un tubo a cada uno.

      Szylah dice: En una semana los quiero todos bien colocados. En plazas, a buena altura, perfectamente horizontales.

      Fandair dice: Ni de broma.

      Szylah dice: Sí sabes lo que te conviene los colocarás.

      Szylah se da la vuelta ignorando los comentarios de los dos confusos amigos y sale de la habitación.

      Fandair exclama: ¡No… no!

      Grundar dice con voz sobrenatural: Perfectamente se puede colocar en la plaza de Aetia.

      Fandair exclama: ¡¿Por qué quieres ayudarlo?! ¡¿Por qué?! ¡Yo no haré nada!

      Grundar exclama con voz sobrenatural: Lo que quiero es su dinero.

      Grundar dice con voz sobrenatural: El vicio es caro…

      Szylah dice: (Cuando acabéis lo corto y cierro) Yo ya no estoy.

      Grundar dice con voz sobrenatural: En fin, iré por unas hojillas más que se me han acabado.

      Fandair pregunta: Mira, mañana a medianoche, nos infiltramos en su almacén y robaremos todo de valor, ¿ok?

      Fandair dice: Bueno, pues nos vemos.

      Grundar dice con voz sobrenatural: La marihuana será para mí.

      Grundar abre la puerta sur.

      Grundar se va hacia el sur.

      Fandair se ríe.

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