Pues sí, sí que cambia la cosa, del mismo modo que cambia según la especialización de cada hechicero. ¿Para qué si no se especializa uno en algo? ¡De no ser así todo el mundo sería mago! Pero aquí las diferencias no son de un 33% de daño, o meter más o menos número de flechas, pero sí puede ser de un 33% más de efectividad, por poner un ejemplo, o de algún detalle que haga un poco más curiosa y atractiva una escuela a la que tiene acceso mucha gente, cuya mayoría de hechizos son accesibles por gente que la tiene a neutral y a menor -y cuyas bondades sí que pueden ser disfrutadas por casi cualquier-, y que de por sí no se basa en hacer mucho daño o en otorgar buenas protecciones, sino en sortilegios «peculiares» que intentan salirse de la norma de «mago poderoso es el que más mete».
Pero descuida, que la escuela de encantamiento todavía no está terminada, al igual que otras muchas.
