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en respuesta a: Manuscritos «Memorias de Sangre», Familia Al’jhtar #342709
La amenaza del Bosque Impenetrable III. “Memorias de Sangre, por Sajja Al’jhtar”.
Me había vendado eficazmente las heridas producidas por las garras del basilisco, pero me dolía en extremo el costado y estaba débil por la pérdida de sangre. Gracias a un ungüento de eskumla pude mitigar los efectos del veneno producidos por mi desafortunado encuentro con la viuda negra.
Decidí salir de allí al no encontrar apertura alguna en la pirámide e investigar un poco más por el resto del Bosque en pos de alguna pista.
El sudor empapaba mi frente y mi respiración estaba agitada y entrecortada por el agotamiento. Traspasé de nuevo el umbral del recinto por la misma apertura en la maleza por la que había entrado. No tenía tiempo para descansar y tampoco era aconsejable hacerlo en las inmediaciones. De nuevo en lo profundo del bosque, encontré una antorcha en el suelo justo delante de mí, como si alguien la hubiera acomodado allí para que yo la encontrara. La encendí sin titubear.
No tenía realmente ni idea de lo que hacía, me guiaba el puro instinto de supervivencia y seguramente no acabaría en nada bueno debido a mi estado y heridas. Avancé pesadamente entre el denso fango. Un repentino desplazamiento de mi pie en el fondo de aquel lodazal y un chasquido casi inaudible me alertaron. Esta vez mi instinto no me defraudó. Me arroje de bruces al suelo, justo a tiempo de escuchar el fino silbido del proyectil que pasó rozando mi cuerpo. Aterrice, con un chapoteo, en el repugnante cieno. Volteé para ponerme en pie sin demasiada maña y con prisa, provocando un estallido increíble dolor en mi costado herido. Retrocedí cautelosamente para examinar con detenimiento la trampa de la que había escapado “in extremis”. Quizá tuviera que volver por este camino en algún momento y quería asegurarme de que la trampa estaba desactivada. Tras sacudirme buena parte del cieno, noté una maligna presencia que acechaba en las inmediaciones mi persona. Mientras avanzaba por el bosque y después de atravesar varios matorrales y troncos retorcidos llegue a un ligero claro. Telarañas, una mala manera de morir. Inmensas telarañas habían invadido esta parte del bosque, detecté algo enredado en los hilos de seda que tenía delante, al acercarme vi unos pies que sobresalían por debajo. No se movían. Desenvainé la Yhjlema y abandoné la zona reculando lentamente. Antes de alejarme por completo incendié las telarañas con la antorcha. Una gigantesca araña envuelta en llamas salió con un salto de un rincón y choco contra mí en su ansia por escapar del fuego. La araña me superaba ampliamente en tamaño, solo contando con sus patas ya eran tan largas como mi propia estatura.
Esquivé una hebra de seda que la araña escupió súbitamente contra mí. Rodé de costado y traté de ponerme nuevamente en pie sin soltar ni la Yhjlema ni la antorcha. El esfuerzo me provoco oleadas de dolor por todo el cuerpo, pero tenía que conservar la antorcha, el fuego en esta situación era demasiado preciado. Agité la llameante tea frente al colosal insecto y conseguí mantenerlo a raya durante unos segundos mientras intentaba pensar una estrategia de combate. Disparó otro hilo de seda, esta vez no a mí sino directamente a la antorcha, acertó, y con un brusco y fuerte tirón, el monstruo me arrebato la tea de la mano arrojándola contra el suelo. La llama vaciló y menguó titubeante sobre el lodoso suelo. Tenía que recogerla antes de que se apagara o estaría perdida. El arácnido me ataco de nuevo sin vacilar, corriendo hacia mí para intentar hincarme sus largos y afilados colmillos. Di un salto atrás y le rebané de cuajo parte de una pata con mi Yhjlema. Furiosa, arremetió súbitamente con la intención de rematarme. Pasó como una exhalación junto a mí, cuando me aparté de un oportuno salto, y se estrelló contra un árbol, haciendo añicos parte de su corteza y enterrándose parcialmente en el fango. Empapada en cieno y serrín, la bestia reanudo el ataque con los colmillos rezumando veneno. Me abalancé sobre la antorcha en una maniobra rápida, la recuperé y se la arrojé con fuerza. Las llamas prendieron la broza que recubría su cuerpo gracias a la viscosidad del cieno y su cuerpo se inflamó en el acto. Intenté apartarme de su errático camino, pero resbalé en el viscoso suelo y acabé debajo de la criatura que ardía entre espasmos. Su peso me aplastó parcialmente. Dos costillas cedieron ante el con un seco chasquido y el dolor me traspasó, de nuevo, con agónicas lanzadas, pero para más tortura, incluso moribunda, la araña consiguió clavarme sus colmillos en el pecho, inyectando un ardiente veneno en mis venas y dejando un par de punzadas sangrantes.
Con la mano que me quedaba libre, clavé con fuerza mi Yhjlema en el cuerpo de la criatura, que se encogió de forma estremecedora y murió, cayendo a un lado a la vez que liberaba la parte de mi cuerpo que había aplastado. Me puse en pie trabajosamente, mareada por el dolor y en estado febril por el veneno, envainé mi Yhjlema y regresé cojeando a la entrada del recinto amurallado. Las llamas se habían apagado, dejando toda la zona cubierta de negro hollín y espeso humo que quedaba ya a mi retaguardia. Cuando apoyé mi cuerpo en la pared del recinto que bordeaba la pirámide de Velzhar, una voz resonó en mi dolorida cabeza.
-Márchate ahora o afronta tu destino.
en respuesta a: Manuscritos «Memorias de Sangre», Familia Al’jhtar #342708La amenaza del Bosque Impenetrable II. “Memorias de Sangre, por Sajja Al’jhtar”.
Un terrible rugido surgió estrepitosamente de la maleza que me rodeaba. Traicionada por mis instintos, miré repentinamente hacia el lugar donde provenían aquellos espeluznantes sonidos, para encontrarme directamente con sus ojos, desafortunadamente. Sentí que mis extremidades se tensaban bruscamente, el aliento se volvió gélido en mi garganta y mis pensamientos se obnubilaron volviéndose torpes y desacompasados. Como las infelices estatuas que me rodeaban, estaba sucumbiendo a la mortífera mirada del basilisco. Requerí todas las energías y atención de mi cuerpo, pero conseguí apartar la mirada y cerrar con fuerza los párpados. El hechizo petrificante se rompió, pero, para mi total desventaja, a partir de ese momento estaba ciega en la práctica. Me moví a ciegas rápidamente hacia la izquierda, esperando ocultarme entre la maleza próxima sin éxito. Un potente zarpazo me derribó aparatosamente y rasgó tres profundos y sangrientos surcos a lo largo de mi costado.
El dolor que me produjo la herida acentuó la disminución de mis fuerzas. El basilisco intentó, lanzando una rápida dentellada, clavarme los dientes en la carne, pero rodé sobre mi misma y me aparté de su camino. Por desgracia, en mi rodar topé con una pequeña araña, una viuda negra, la cual hincó su aguijón en uno de mis muslos antes de ser aplastada por mi peso corporal. Mi estómago se revolvía mientras luchaba agónicamente por incorporarme. Un intensísimo dolor febril me recorría el cuerpo incesantemente, pero no tenía más remedio que continuar con la batalla contra la bestia que intentaba acabar conmigo.
Sentía los miembros aún rígidos, y mis reacciones estaban bastante ralentizadas. Estaba completamente mareada por el veneno y no me atrevía a mirar de nuevo los ojos de la bestia. Sostuve mi Yhjlema simulando un débil esfuerzo, fingiendo estar agotada por la lucha. El basilisco observó mi estado con detenimiento y quiso poner fin al duelo con rapidez embistiéndome sin previo aviso ferozmente envalentonado. En aquel momento empuñé mi Yhjlema con las dos manos afianzando mi posición, la alcé y, descendiéndola con gran ímpetu, asesté un furtivo mandoble en el cráneo del monstruo, justo entre sus letales ojos.
Sufrió un único e intenso espasmo y murió.
Girando erráticamente mis pasos, intentando asimilar mi situación, me di de bruces contra un muro que se encontraba entre la maleza que me rodeaba, el cual atravesé involuntariamente. Para mi sorpresa, me encontré en el interior de un recinto amurallado que custodiaba una pequeña pirámide. La pirámide que, presumiblemente, servía de morada a Velzhar, el Rey Necrófago.
Nadie sabía quién inició la construcción de este edificio y cuánto tiempo llevaba en el Bosque Impenetrable, pero las leyendas sobre el bosque la nombraban en más de una ocasión, siquiera se conocía si realmente era un mito. Sin duda era un lugar peligroso. Este recinto estaba infectado de necrófagos que custodiaban, ferozmente, el lugar. Después de acabar, con ciertas dificultades, debido a mi estado, con los no-muertos que se habían percatado de mi presencia en aquel lugar, inspeccioné la pirámide que se erguía ante mí con atención.
Tarde un buen rato en encontrar una puerta en aquella enloquecedora trama de bloques. Cuando finalmente la hallé, no conseguí abrirla. Era demasiado sólida y, aunque no parecía gozar de cierres mágicos, no cedió ni un centímetro por mucho que la pateara o intentara, infructuosamente, su forzado. La edificación carecía de cualquier otro acceso. Una sensación completamente desalentadora invadió mi cuerpo.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342643Capítulo XXVIII
Las horas pasaban mientras Rijja conversaba de manera tranquila y ordenada con el Diablillo que tenía de prisionero. Dejando al margen la información que había solicitado con anterioridad sobre el amo de este y su súbdito Krimpak, Rijja se centró en preguntar diferentes cuestiones sobre la Pirámide que enunciaba el diario de su antepasado.
Entre las múltiples preguntas, sacó cierta información muy relevante.
Según decía la criatura, en la pirámide habitaban infinidad de criaturas. Desde humanoides de múltiples razas pertenecientes a Eirea, como seres de otros planos materiales, los cuales moraban la pirámide en diferentes estratos y lugares.
La pirámide constaba de varias estancias en las que bien cabrían castillos enteros, desde laberintos de diversa índole a bibliotecas majestuosas, pequeños retales de bosque… una surtida y amplia gama de diferentes hábitats, creados mágicamente, convivían en el interior de la pirámide. Todos ellos habitados por criaturas que habían caído presa del influjo de la pirámide y de los designios de su actual amo.
Al margen de los moradores “involuntarios” de la pirámide, esta se caracterizaba por estar regida por 4 entes. Gobernando se encontraba su amo, del cual no podía dar el nombre debido a la maldición que le subyugaba. El trío restante se componía por 3 Djinns de poderes sobrenaturalmente devastadores que servían a su amo ciegamente. Al margen de estos, una serie de criaturas, en las que se incluía el diablillo, realizaban diversas tareas y misiones encargadas por los Djinns. Contrariar a cualquiera de la cadena de mando tenía consecuencias nefastas para el que lo hiciera.
La criatura cortó su parloteo con una súbita mueca burlona diciendo:
-Eso sí, fuera de la pirámide, su poder se ve reducido y deben usar a terceros para conseguir sus fines. Embaucando y engañando para que los asuntos fluyan como ellos quieren.
Rijja sonrío ligeramente al oír esas palabras, deduciendo que lejos de su fuente de poder, sus posibles futuros adversarios mermaban en poder considerablemente.
–Un momento – dijo el Teócrata- ¿Qué fue de mi antepasado Kajjo?, ¿Cómo es posible que escribiera tan minuciosamente sobre la Pirámide? – añadió.
–Tu antepasado Kajjo llegó a la pirámide. Entró en ella y, siento decirlo, sucumbió como el resto ante el poder de los Djinns– Dijo la criatura con un gesto ligeramente consolador.
–Entiendo, pero ¿Cómo pudo salir de la pirámide su diario personal? Si sucumbió al entrar en la pirámide. ¿Cómo llegó este diario a la biblioteca Al’jhtar? – replicó Rijja.
–Fue uno de sus deseos. El último, además. A modo de un último regalo para su estirpe, en pos de ofrecer cierta información a las generaciones venideras. Un legado indestructible.
-¿Deseos? ¿De qué hablas? – contestó el Orgo cada vez con gesto más alterado.
–La Pirámide. Ella oferta deseos a cambio de la maldición. El sé dio cuenta a tiempo, no quería que nadie más de su linaje cayera en el mismo error que él. Pero, según he visto, todo fue en vano.
-¡No entiendo nada, explícate! – exigió el Teócrata.
–No hace falta que lo entiendas, simplemente es una realidad demasiado abstracta para un mortal como tú, Orgo. Debes usar las herramientas adecuadas. Me consta que tienes en tu poder unos curiosos anteojos. Úsalos, enunciaran la verdad. Maldita sea, como ya he dicho con anterioridad, no tengo tiempo para explicarlo, ya viene. –Dijo el diablillo con una mueca de preocupación.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342434Interludio III
El lúgubre pasillo que conducía hasta una inmensa estancia, que empezaba a entreverse al final, era decorado por el tintineo del choque de las cadenas mágicas contra el suelo a la vez que, por los ecos de la oscura figura, ahora presa de dichas cadenas, mientras profesaba maldiciones hacia su captor.
–Maldito! Juro que esta vez no quedará así. ¡Te daré muerte! Engañosa y rastrera criatura– Exacerbaba el prisionero mientras era arrastrado a lo largo del pasillo.
Al otro extremo de la cadena, asiéndola con fuerza, sonreía ligeramente la figura que la sostenía mientras efectuaba cortos, pero constantes y veloces, pasos.
–Es inútil que grites, y lo sabes. Cálmate, Khur decidirá pronto que hacer contigo. Es posible que te perdone como la última vez. – dijo burlona y pausadamente la imponente figura.
Una vez había traspasado el umbral del pasillo, penetraron en una gigantesca estancia. La majestuosidad de los pilares que sostenían el techo de esta era apabullante. Unas columnas que se alzaban más de 30 metros sobre sus cabezas, decoradas con finas hebras plateadas a lo largo de toda la estructura y particularmente llamativas unos fulgurantes surcos, presumiblemente, en escritura rúnica cuneiforme. El brillo de los epígrafes cambiaba de tonalidad, e intensidad, conforme atravesaban la estancia dando paso a potentes destellos ambarinos al final de esta.
Al margen de las portentosas columnas, en la sala se encontraban numerosos tapices colgados en las paredes que describían, con bellas pinturas, diferentes hitos. Sangrientas batallas, constelaciones, coronaciones de reyes…diferentes y heterogéneas representaciones que se volvían más oscuras mientras se avanzaba hasta el final de la estancia.
El suelo estaba cubierto por numerosos tesoros, compuestos por monedas de oro y plata que se albergaban en preciosos y ornamentados cofres, gemas de impresionante tamaño, pertrechos mágicos, fina orfebrería en múltiples metales preciosos… realmente un regalo para la vista de cualquiera que albergara, aunque fuera, una ligera codicia por lo material.
Mientras avanzaban entre las maravillas que la sala ofrecía, empezaba a atisbarse el final de esta: Una enorme pared repleta de escritura arcana, sellos de protección y diversos y antiguos conjuros, los cuales son indescifrables actualmente por las mentes mortales.
En dicha pared, en su parte central, se encontraba un gigantesco arco de formado por plaquetas de obsidiana. Los grabados mágicos parecían concentrarse hasta llegar al límite marcado por el portentoso arco.
La figura que mantenía cautiva con las ataduras mágicas a la otra, soltó la cadena dejando al preso revolviéndose en el suelo mientras se acercaba al gigantesco arco de obsidiana.
Puso una mano sobre este mientras pronunciaba una lenta letanía arcana. Cuando terminó dicho cántico, el arco comenzó a brillar de potente manera para dar paso a la formación de un vórtice entre sus límites. Una especie de Puerta dimensional. Se giró hacia su cautivo y dijo:
–Veamos que designa hacer contigo nuestro amo, maldita escoria desagradecida.
Volvió a asir la cadena con su mano derecha y emprendió, arrastrando a la otra figura, el rumbo a traspasar el portal mágico que recién había creado.
Buenas,
Me he explicado mal, no es que me base en eso, simplemente es lo que pensaba y claramente estaba equivocado en planteamiento y descripción.
Y cierto, no pega con este hilo lo de comentar ciertas cosas de otra clase.
si tienes alguna idea que sea asumible en tiempo me la puedes hacer llegar y se ve de poner para sustituír el PK.
Con respecto a esto… perfecto! y gracias de nuevo por aclarar todo y demás.
Un saludo.
Conforme las nuevas bases de magia rúnica, a nivel de trasfondo, que se sentaron al hacer la academia de danzantes, que haya un rúnico bueno no es solo normal, es lo esperado
Mis disculpas si no es lo acertado a los tiempos modernos. Solo aclarar que no me refiero a Rúnicos buenos, sino Takomitas. Ya que el odio del gremio a esta ciudad por negarles la ayuda que necesitaban en tiempos pasados. Tal vez lo raro sería que fueran aceptados en congregación, no en la clase. Solo eso, está claro que el trasfondo ha cambiado y demás con el devenir del tiempo (nostalgia time). Solo que algunas cosas como los portales, que siguen la mecánica vieja, no estaban pensados para que un cyan aparezca en Ysalonna en «un plis». Al margen de todo, gracias por aclararme el nuevo trasfondo y demás. Entiendo que son lágrimas que debo ir secando.
Un saludo.
Esta es una representación ilustrada, del compendio de «Personalidades» dentro del Grimorio. Esta entrega de dicho compendio reúne las personas de Interés del Feudo de Ysalonna.
Enlace Web: https://rijjaaljhtar.wixsite.com/grimorium/personas-de-inter%C3%A9s
Esta contiene información sobre las personas de interés que puedes encontrar en el Feudo de Ysalonna.
Espero que os guste.
Esta es una representación ilustrada de los Mercaderes de Eirea, en esta entrega de dicho compendio se añaden los pertenecientes a la Ciudad de Ysalonna.
Enlace Web: https://rijjaaljhtar.wixsite.com/grimorium/mercaderes
Espero que os guste.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342401Capítulo XXVII
El Orgo mantenía la mirada sobre la criatura mientras esta insinuaba las posibles consecuencias de los sucesos que se habían acontecido, incluyendo su propia captura. Durante unos minutos, la criatura no cesaba en su empeño de comentar el grave error que el Orgo había cometido y que su amo, no por amistad con ella, por temor de lo que el pequeño ser pudiera revelar o simplemente movido por la venganza de arrebatarle a un preciado, aunque forzado, súbdito.
Las palabras de la criatura, lejos de amedrentar al Teócrata, avivaban la curiosidad de este por el misterioso amo y, presumiblemente, los poderes y conocimiento que escondía. Después de un tiempo conversando sobre la situación de la criatura, esta le comentó su procedencia e historia reciente.
Era un diablillo onírico, fruto de un sueño febril perteneciente a un antiguo hechicero que fue presa de la propia Pirámide y esta, en forma de una gran maldición, hizo «realidad» sus sueños, incluyendo a su especie. Según la criatura fueron creados varios congéneres pero que él fue apresado por uno de los múltiples siervos de su actual amo. Después de innumerables torturas, maldiciones y tratamientos mágicos, consiguieron doblegar su voluntad y espíritu. Exacerbaba el hecho de no poder librarse de los sellos mágicos que le ataban a los designios de su amo y, por ello, había perdido la esperanza de liberarse de ellos ya que, según contaba, habían pasado centenares de años desde que estaba a su servicio.
–Realmente ahora, después de todas las torturas, no me encuentro tan mal. El amo es bueno si consigo los objetivos que me solicita y casi siempre lo hago. Además, ¿qué puedo decir? soy fruto de la magia de la Pirámide. – comentaba la criatura con esbozos de lamento y conformidad- Mi existencia es un mero capricho imaginario de alguien ajeno a mí.
–Sin duda, tu existencia es extremadamente curiosa. Esa Pirámide debe contener una magia increíblemente potente para producir este tipo de… «milagros»– Contestó Rijja en tono curioso y complaciente.
El diablillo no pudo evitar sonreír ante el cambio de todo del Orgo. Lo miraba fijamente, con una mueca amistosa, incrédulo ante la ausencia de daño, o desdén, recibido por este.
–Los Orgos sois mágicos también. Vuestras deidades os tratan bien. Pero sois esclavos de la muerte. Frágiles y efímeros mortales. Teócrata, me inspiras simpatía, pero no creo que nuestro encuentro se alargue mucho más tiempo. Pronto vendrán a reclamarme. Debes estar preparado. – Dijo la criatura preocupada. – Si acude quien creo que enviarán en mi busca, estás en graves aprietos.
–Al margen de ti, nadie ha penetrado antes en esta Torre. Sus defensas son potentes. ¿De qué o quién debo protegerme?
–Su nombre es Krimpak. Otrora un poderoso hechicero Drow, ahora, bajo el yugo de los designios de mi amo, es todavía más poderoso. Debes tomar mis palabras como serias y veraces. Su uso de las energías arcanas es devastador.
–No menosprecies mi poder con tu preocupación, criatura, pero gracias por la advertencia. Estaré preparado ante esa posible visita. Mientras eso no ocurra, necesito más información. –Dijo Rijja con tono sonriente.
Buenas,
Como ha comentado Sokoth, la danza Gaia es básicamente para ganar una buena cantidad de BE (actualmente se queda en «desuso» en PK por que el BE es useless, a no ser que alcances una cantidad desmesurada). También se compensa con otras danzas como la corrosión con un daño brutal.
Hay varias habilidades, en muchas clases, que todavía no se han adaptado al sistema nuevo y, por tanto, tampoco salen en bloqueos.
La espada Arcana es para todos los miembros de Congregación Rúnica, todos tienen la misma. Actualmente se usan otras armas, ya que esta ha quedado antigua y demás. (Antes, tener un arma de esas características que no se dropeaba al morir era muy interesante).
*Cuando se creó la congregación rúnica ( ahora mismo está en «fase beta» y a medio construir, hasta que la coja alguien para terminarla ) se dejó a mitad y con incongruencias en el gremio. Fíjate que esta basa incluso su sistema de ranking en puro pk, cuando hay rúnicos por ejemplo amigos de todos, y no con la opción de sistemas de estudio y conocimiento como Dhara. Y, como actualmente tu, los danzantes siquiera pueden entrar al circulo interno y tampoco deberían poder optar al rango más alto en la organización ya que se consideran que no han conservado como deberían las artes rúnicas (pero vamos, también hay rúnicos takomitas siendo una aberración al rol de esta clase xD (si, es un lloro personal)) . Dales tiempo a que algún inmortal se ponga con ella y deje el gremio fetén 😀
El anillo giratorio, en cuanto al daño con el giro, si es inservible, ya que la habilidad tiene máximo de daño que alcanzas facilmente por otros medios, pero como ha comentado sokoth, es un espejo/piel menos que puedes quitar con esa habilidad.
Es cierto que son tragaderas de gps debido a las danzas. Creo que estas están pensadas para activarlas solo durante el combate/expeo, ya que son instantáneas y no tienen lock alguno. Un volcánico y regeneración de gestas ayudarían sobremanera a solventar esto.
Al margen de lo comentado anteriormente, los danzantes son una clase a día de hoy muy competitiva en daño y versatilidad. Con el mío (lvl 50), el otro día cuando morí en mapa, le quité a mi adversario 2,5k pvs solo con los kills mientras yo moría sin mirar pantalla. Nada mal pues.
En resumen, son semi slicers con capacidad antimagia (globo y demas) y antifísica ( pieles y demas ) muy capaces en pk. Además con el ajuste de la subraza con 18 de con, alcanzan una buena media de pvs.
P.D. Si alguien quiere abandonar congregación, como se dijo (creo recordar) en la noticia de implementación de esta, solo tienes que enviar mail al consejo para que te ayuden. (Eso sí, perderías la espada Arcana).
Un saludo!
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Esta respuesta fue modificada hace 4 years, 2 months por
Rijja.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342311Capítulo XXVI
Las tenues luces que iluminaban la estancia se reflejaban sobre los ojos, atentamente abiertos, de la criatura que se encontraban fijos sobre Rijja, expectantes ante las posibles preguntas del Teócrata y todavía asombrados por la magia de este y su capacidad de entendimiento.
–Dime Orgo, ¿Qué quieres saber? – Dijo con voz sobrenatural la criatura.
–En primera instancia, ¿Quién es ese amo tuyo?, aquel que nombraste. –Dijo Rijja con un ligero tono autoritario- Cuéntame sobre él– Añadió.
–Un ser extremadamente poderoso, Orgo. Tu magia no podría hacerle sombra ni por un instante. Un ser proveniente de otro plano material. No tiene vida, solo muerte. Y maneja esta a su antojo. – respondió la criatura.
–Interesante. ¿Cuál es su nombre? – continuó preguntando el Teócrata.
La criatura esbozo una mueca en pose negativa ante la pregunta, señalando a su vez con su dedo índice hacia su propia boca, mientras extendía la lengua. En el gesto dejó entrever una marca en esta, de un color oscuro, que se extendía por su lengua de manera total dibujando heterogéneas líneas irregulares.
- ¿Ves esto? Es un sello mágico de obediencia. Impuesto por mi amo. Me impide decir ciertas cosas, entre ellas su nombre. No es por miedo a venganza siquiera, simplemente no puedo. Al igual que mi voluntad se ve quebrantada ante cualquiera de sus órdenes directas. –Dijo el pequeño ser.
–Muy interesante, sin duda. Prosigamos. ¿Es cierta la existencia de la Pirámide que menciona este diario? –prosiguió Rijja.
–Sin duda! – exclamó la criatura- Además, es la residencia de mi amo y señor.
Aquellas palabras dejaron por un momento perplejo a Rijja. Lo que hasta ahora daba por simple mitología o intoxicados desvaríos de su antepasado se tornaban en tono de realidad ante él. No podía dejar pasar la oportunidad. Debía exprimir el conocimiento de aquella criatura.
- ¿Dónde se encuentra dicha Pirámide? – Dijo el Teócrata con un tono claro todo de excitación.
La criatura no pudo evitar estallar en pequeñas y tímidas carcajadas.
–Ella no se encuentra. No está en ningún sitio concreto. Solo se yergue ante ciertas criaturas en circunstancias concretas. Es imposible encontrarla, ella te encuentra a ti. Sería necio pensar lo contrario. Solo los designios del amo pueden hacerla aparecer a voluntad y ni siquiera él puede controlarla al completo. Todos somos presos de ella cuando ella lo desea.
A cada palabra que espetaba la criatura, Rijja encontraba menos validez en sus palabras. Hablaba con palabras erráticas y temblorosas y, desde que se le preguntó por su amo, no cesaba de escudriñar los rincones de la habitación, como si esperara que alguien o algo apareciera de repente.
–Espero no estés mintiendo con tus palabras. No estoy preguntando para escuchar locas divagaciones y respuestas falsas. Piensa bien cada palabra que dices, criatura. – Rijja afiló el tono hasta casi cortar el aire- ¿Qué hacías infiltrado en mi Torre?, contesta. – añadió.
La criatura se revolvió desafiante dentro de su jaula, apretando los dientes y tratando de contener el tono con el que emitía sus palabras para no descontentar al Orgo que la mantenía cautiva. Apretando los puños dijo:
–Él me lo ordenó. Y, a mi entender, te has metido en un buen lío, Teócrata.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342246Capítulo XXV
Mientras la criatura esbozaba un gesto desconfiado y a la vez temeroso, Rijja posó el Anillo de Lish en el centro de aquel extraño círculo mágico que había creado con el ritual anterior el cual comenzó a iluminarse tenuemente.
–No temas, pequeño amigo. Solo notarás un ligero cosquilleo. – Dijo Rijja.
Al momento, el Orgo comenzó a hacer una serie de acompasados movimientos con las manos sobre la circunferencia donde había posado la joya a la vez que entrecerraba los ojos, para terminar, pronunciando:
‘Mark Devenit’
Un refulgente fulgor, el cual disminuyó su intensidad casi a la vez que aparecía, produjo la aparición del nombre del Teócrata a los pies de las inscripciones que contenía aquel círculo mágico. Acto seguido, con un mimetismo homogéneo impresionante, volvió a ejecutar el hechizo, pero esta vez sobre la jaula arcana que mantenía a aquella criatura presa.
El resultado fue el mismo. El nombre de Rijja apareció sobre la superficie de la Jaula.
Conforme el fulgor de su firma mágica hubo alcanzado la misma intensidad en armas rúbricas, el circuló que rodeaba el anillo emitió un potente, y continuo, caudal mágico que comunicaba la Jaula con este, cerrando así el ritual que el Alto Teócrata había preparado.
–Esto es un círculo de vinculación mágica, mi pequeño amigo. – Dijo Rijja complaciente al ver que todo había resultado tal como esperaba. – A efectos prácticos, es como si llevaras puesto el Anillo de Lish en uno de tus dedos y, por lo cual, eres afectado por su mística magia de dragón. Procede, habla. – añadió con ímpetu el mago rúnico.
La criatura, una vez se constató que el ritual no le hacía ningún daño, adquirió una pose despreocupada con un toque de decepción, como un niño que ha visto el truco de un mago feriante.
–Tonterías. Estos seres solo hacen tonterías. ¿Esto es magia? ¡No ha hecho nada! El amo si hace magia, el amo si es poderoso. Orgos estúpidos y creídos! ¡Siempre estúpidos, siempre creídos! –la criatura se expresó con total claridad para los atentos oídos del Alto Teócrata, fruto de la magia del anillo.
Rijja estalló en júbilo al ver la inminente comunicación, ya exitosa, con aquella misteriosa criatura ya que anhelaba conocer su origen. La criatura no se había percatado de que sus palabras ahora eran totalmente comprensibles para el Alto Teócrata.
-Estúpidos no, creídos… depende. Pero sí, mi querido amigo, esto es magia. –Dijo Rijja sonriendo malignamente. – Háblame de tu amo.
La mueca de estupefacción que se originó en la criatura fue completamente sincera. No podía dar crédito a la comprensión de sus palabras por parte del Orgo que la mantenía cautiva. Empezó a escudriñar nervioso el ritual de nuevo, mirando completamente incrédulo el anillo de Lish.
- ¿Puedes entenderme? – Dijo con voz sobrenatural, aunque notablemente temblorosa, la criatura.
–Claro que sí. Te dije que encontraría la forma. Pero ya que el devenir de nuestra particular relación ha llegado a este punto, no debemos detenernos en minucias de cómo y porqué. Ahora te conviene complacerme, habla. No tienes excusa posible. Si rehúsas, te enseñaré otro tipo de magia más… incómoda para ti. –Sentenció Rijja, esta vez con tono autoritario y seguro.
La criatura se dejó caer sobre la Jaula, en un gesto de cansancio, y clavando sus ojos en Rijja dijo:
–Está bien, Orgo. ¿Qué quieres saber?
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342226Capítulo XXIV
Después de varios minutos en silencio, mientras la mirada expectante de Rijja no se apartaba de la criatura ni por un instante, la criatura volteó hacia el con un semblante diferente. Estaba totalmente calmada mientras movía los brazos haciendo gesticulaciones amigables.
– ¿Ya estás más calmado, pequeño? – Comentó Rijja de manera pausada y tranquila.
Bajo la atónita mirada de Rijja, la criatura asintió. El Orgo no pudo evitar sentir un reconfortante sentimiento a la par con su curiosidad por aquel ser, ya que era la primera vez que esta criatura interactuaba de manera directa y coherente con él.
-Mi inesperado amigo, ya que entiendo que me comprendes a la perfección no puedo evitar el hecho de preguntar de nuevo. ¿Conoces, ya sea parcialmente, el contenido de lo escrito en este libro?
La criatura insistió de nuevo, de manera complaciente. El Alto Teócrata no pudo contener la emoción por lo acontecido y esbozó una amplia y vistosa sonrisa. Al margen de cerciorarse sobre el entendimiento inequívoco que poseía su forzoso huésped, este parecía completamente dispuesto a interaccionar con el de manera continuada y pacífica.
Sin esperar ni un solo momento, Rijja extrajo de su zurrón los componentes que había adquirido anteriormente en el laboratorio, antes de dirigirse a la Biblioteca, y los dispuso sobre la mesa en la que se encontraba, dispuesto a preparar lo que parecía algún tipo de ritual mágico. Una vez apoyó en la mesa aquellos bártulos, y bajo la mirada atenta de la criatura, se levantó pausadamente acercándose a una estantería próxima para así alcanzar un pequeño joyero que allí se encontraba para acto seguido volver a sentarse frente al tablón.
Abrió el pequeño frasco y vertió su contenido, un líquido viscoso similar a la miel, sobre una pequeña lámina metálica que se encontraba dispuesta sobre la mesa. Acto seguido, del pequeño y viejo saco, extrajo una extraña limadura cristalina compuesta, a proporciones exactas, por pequeñas partículas púrpuras y añiles, extendió esta con sumo cuidado sobre el viscoso fluido y este entró en una reacción que emanaba unos vapores, ligeramente pestilentes, en tonalidades ocres.
Mientras se completaba de formar el reactivo que acaba de preparar, abrió el pequeño joyero. En él se encontraba un fino anillo de color plateado e intenso brillo. Tenía una figura serpenteante que ejemplificaba un dragón que se muerde la cola en cuyos ojos hay engarzadas dos piedras preciosas de tonalidad bermellón oscuro. Se trataba de un anillo de Lish. Este anillo, como han cerciorado diferentes usuarios y eruditos, contiene un poder que otorga al portador la capacidad de hablar en una mágica lengua sobrenatural que será entendida por cualquier oyente como si fuera su propia lengua materna.
-Dado que me entiendes a la perfección- Dijo Rijja – he pensado una solución para poder llegar a entenderte yo a ti, estimado amigo. Pero no tengo intención de entregarte este preciado anillo. – añadió mientras enseñaba el anillo a la atenta mirada de la criatura – Así que he elucubrado algo más práctico e ingenioso.
Mientras hablaba, la reacción mágica que se estaba produciendo sobre aquella tabla metálica comenzó a llegar a su final. Una vez aconteció este, los reactivos habían desaparecido dejando tras de sí una serie de intrincados grabados mágicos compuestos dentro del límite anteriormente marcado con aquel fluido viscoso.
-Bien, comencemos. –Dijo Rijja con tono impaciente.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342172Capítulo XXIII
Bajo la atenta mirada de la criatura, Rijja se dispuso a continuar con el estudio de aquel, y obsesivo, libro. Como anteriormente, acarició con mimo la envoltura de este antes de proceder a quitar el pequeño cierre. Una vez abierto, pasó sucesivas páginas hasta llegar donde había abandonado su lectura deteniéndose mientras esbozaba una sonrisa apagada.
Después de todas las alusiones de la edificación y construcción que componía la Pirámide y la flora que a esta envolvía, el diario continuaba haciendo una disección de lo que se intuía como habitantes.
“…Al margen de las exuberantes y extrañas plantas que allí moraban con virulencia, su fauna es impresionante y, en algunas ocasiones, muy peligrosa. Pequeños insectos luminiscentes que formaban, en un vuelo caótico, acumulaciones grotescas de diferentes formas, incluso a veces se antojaban con forma humanoide. Especímenes de aves variopintas, portadoras de colores que abarcaban toda la gama cromática conocida. Numerosos arácnidos, entre ellos escorpiones albinos de gran tamaño que a día de hoy se creían extintos. Diversas maravillas del reino animal, las cuales no tienen cabida en el resto del mundo o, al menos, no deberían tenerla. Dentro de todas las extrañas criaturas que se podían observar en el recinto amurallado que rodea la Pirámide, solo hay una que inspire un miedo irracional: El Córvido Sombra…”
Rijja volvía a sentirse apabullado ante tanta información que su mente se orientaba a almacenar como falta o, cuanto menos, mítica.
Las descripciones eran exactas, gozando de ilustraciones que describían cada criatura meticulosamente y enlazando incluso su papel en la peculiar cadena trófica del aquel vetusto lugar. Del que se decía el más peligroso, El Córvido Sombra, había numerosas páginas que presentaban el animal como un Cuervo de tamaño desmesurado, aproximadamente de un metro y medio de altura, que gozaba de un plumaje mate tan oscuro como la obsidiana y, en su pecho, portaba una calavera de aspecto humanoide la cual, bajo ningún concepto, debía mirarse directamente ya que, debido a una supuesta magia innata en estos seres, acabaría con la vida de cualquiera que lo observase.
Presumiblemente todo esto era fruto de una enfermiza alucinación, ya sea por algún tipo de droga o, en su defecto, producida por la deshidratación en el desierto. Al menos eso pensaba RIjja.
Teniendo en cuenta esta suposición, las palabras que leía no eran almacenadas como conocimiento más allá del que se acumula cuando se lee una novela o fábula de entretenimiento. Al margen de todo eso, El Alto Teócrata no podía dejar de leer.
La Criatura había seguido cada letra en aquellas páginas, al margen de la atención de Rijja, y cuando llegó a la descripción del Córvido Sombra empezó a temblar de manera asustadiza y a sacudirse dentro de su particular prisión.
-Bluuuuu Jiiplioo mpqwool!!- Dijo el pequeño ser señalando la ilustración de aquel animal.
–Qué pasa? ¿No te gusta el dibujo? – dijo Rijja con tono burlón justo antes de observar atentamente la mueca de horror que esbozaba aquella criatura. – Un momento, ¿conoces este animal? – añadió.
La criatura se llevó una mano a la boca, tapando esta, como alguien que acaba de decir algo que no debiera y volteó la dirección de su mirada.
El silencio se hizo en aquellas soledades.
en respuesta a: Descubrimiento del Diario de Kajjo, el Heterocromo. #342169Capítulo XXII
El descenso por las escaleras que conducían a la planta baja de la torre, para continuar por los pasillos q conducen a la biblioteca Al’jhtar, se hizo más entretenido que de costumbre. Rijja observaba aquella misteriosa criatura con interés y curiosidad, y más aún cuando pensaba en lo que podía desentrañar el conocer la historia y procedencia de ella.
Sabía, o al menos intuía, que no podía ser casualidad su aparición. Desde que encontró aquel libro, El Diario de Kajjo el Heterocromo, habían acontecido diferentes sucesos que, viéndolos con cierta perspectiva, eran una sucesión de albures poco frecuentes.
De una manera prácticamente autómata condujo sus pasos hasta la biblioteca. Después de tumbar los múltiples encantamientos de protección, la puerta de la estancia se abrió con un chasquido que invitaba a traspasarla.
La criatura, luego que la puerta se hubiera abierto, empezó a removerse curiosa. Escudriñando cada rincón de la sala en dirección a la mesa donde se encontraba el diario y, apostado al lado de esta, el bibliotecario. Había cumplido su misión con entereza y no se había movido un ápice, en pos de custodiar lo que su maestro le había encomendado.
–Gracias por la paciencia, he tenido ciertos… percances en mis quehaceres– agradeció Rijja con voz pausada.
–No hay ningún problema, mi señor. Veo que trae usted compañía inesperada y, claro está, de curiosa rareza. – contestó el Bibliotecario.
–Digamos que es un polizón el cual, no por voluntad propia, pasará algún tiempo entre estos muros.
El bibliotecario sonrió antes de, servilmente, hacer una reverencia respetuosa y proseguir con sus tareas comunes.
Rijja chasqueó los dedos y algunas de las flotantes luces que se repartían por la estancia acudieron a él para iluminar cómodamente la zona designada por el Alto Teócrata. Sentándose este en la mesa, que continuaba como la había dejado, hizo un gesto con su mano derecha y la prisión que contenía a la criatura que le acompañaba se posó lentamente sobre la parte izquierda del tablero, quedando el diario en el centro.
-Mi estimado amigo- dijo Rijja dirigiéndose al pequeño reo- antes de empezar contigo debo satisfacer algo más mi curiosidad por mi objeto de estudio. Mantente en silencio algunos minutos y, enseguida, te dedicaré toda mi atención.
-Jumkijiui krumhfg blup- dijo con un gesto que se antojaba simpático.
-Parece que podremos llegar a entendernos, agradezco tu cooperación- replicó Rijja.
La criatura, en un ademán de entendimiento y resignación, se acurrucó contra los barrotes de jaula mágica que lo retenía y se quedó mirando con atención los movimientos del Mago Rúnico.
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